Por Carmen Lacasa
Salvo Vitruvio, arquitecto del antiguo imperio
romano, apenas se conocen nombres de arquitectos, considerados hasta el
Renacimiento como maestros de obras, y los edificios se atribuyen a los
promotores, ya sean monarcas, nobles o eclesiásticos.
Pero en el Antiguo Egipto, algunos de estos nombres
sí fueron reconocidos. Entre ellos destaca, cómo no, Imhotep, considerado el
primer arquitecto conocido de la historia.
Imhotep, Hemiunu, Ineni, Senenmut,
Amenhotep hijo de Hapu, Kha, Khaemuaset… Son algunos de los nombres que han
llegado hasta nosotros y de los que se puede decir realmente que son
arquitectos. No porque esta palabra aparezca escrita, sino por los títulos que
acompañan, además, a sus nombres. De hecho, los arquitectos eran los imy-r kAwt, es decir, los directores
de las obras. Si a ello se le añadía kAwt neb n nesw, de todas las
obras las rey, su nombre ya era conocido.
Imhotep vivió durante el reinado del rey Djoser, de la
Dinastía III, entre 2686 a.C. y 2616 a.C. La certeza de su condición como arquitecto
viene escrita en la base de una estatua real donde aparecen su nombre y sus
títulos: “El tesorero real del Bajo Egipto, el Primero tras el Rey del Alto
Egipto, administrador del Gran Palacio, señor hereditario, gran sacerdote de Re
en Heliópolis, Imhotep el constructor, escultor, hacedor de vasijas de piedra”.
Todos los arquitectos
ostentaron un título religioso ya que, al igual que los médicos, escribas
escultores o pintores, estudiaban en los templos, espacios donde se dictaban
las normas a seguir en todas las disciplinas.
Imhotep, figura del
Louvre. Fuente: http://commons.wikimedia.org
La influencia de Imhotep
fue tal que incluso se elevó a la categoría de dios y su culto fue venerado a
lo largo de toda la época faraónica. En el siglo IV a.C. se le veneró también
como patrono de escribas y médicos, categoría esta última con la que pasó a la
cultura griega asimilándolo a Asclepios y a la romana como Esculapio.
Su fama le viene por ser
el arquitecto del recinto funerario de Djoser y el autor de la pirámide
escalonada. La duración de esta obra en el tiempo viene condicionada por el
tipo de material constructivo empleado, la piedra tallada, que no se había
usado hasta entonces como material estructural, sino tan solo en elementos
aislados como dinteles.
Aunque la idea original
para la tumba real era una mastaba, Imhotep hizo tres ampliaciones.
La mastaba inicial era
cuadrada, de 63 metros de lado y ocho metros de altura, construida en piedra y
revestida con bloques de caliza de calidad procedentes de la cantera de Tura. Más
tarde se agrandó hasta tener una forma rectangular de 71x79 metros.
Sobre esta mastaba se hizo
la siguiente ampliación: se elevaron sobre la mastaba cuatro escalones
troncopiramidales hasta una altura de 42 metros. Y la segunda amplificó la base
hasta tener 109x121 metros y elevó la pirámide a seis escalones y una altura de
60 metros. La pirámide se construyó con bloques pétreos muy pequeños y por
capas sucesivas, en hiladas horizontales inclinadas hacia el interior para
asegurar la estabilidad del conjunto. Había nacido la pirámide.
Complejo funerario de Djoser y Pirámide escalonada. Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons
Hemiunu ostentó los títulos de hijo real (era hijo de una
princesa y sobrino del rey), chaty (visir), supervisor de los escribas del rey
y director de todos los trabajos del rey bajo el reinado de Khufu (Keops)
durante la Dinastía IV, entre 2589 a.C. y 2566 a.C.
Hemiunu. Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons
No se tiene constancia
fehaciente, pero se le supone el autor de la gran pirámide de Khufu, que domina
la meseta de Gizah y es el símbolo del poder faraónico por excelencia. Para entonces,
las técnicas constructivas habían evolucionado hasta alcanzar casi la
perfección a los ojos de los egipcios de la época.
Ineni trabajó durante la dinastía XVIII, ya en el Reino
Nuevo, para Amenhotep I, Djehutymose I (Tutmosis I), Djehutymose II (Tutmosis II),
Djehutymose III (Tutmosis III) y Hatshepsut.
Diseñó numeroso proyectos
para Djehutymose I: la Gran Sala del templo de Karnak, una zona hipóstila para
conmemorar la victoria del rey sobre los hiksos, los pilonos cuarto y quinto del
templo, patios y estatuas.
También fue el que ideó y
construyó la primera tumba real en el Valle de los Reyes para este rey, la llamada
KV20. Es famosa la frase que se le atribuye respecto de esta última construcción,
“nadie me vio, nadie me oyó”, refiriéndose
al secretismo sobre la ubicación de la tumba real.
Senenmut es quizás más conocido por su relación personal con
Hatshepsut, auténtica reina faraón de la dinastía XVIII entre 1490 a.C. y 1468
a.C. que por ser el “director de todas las obras las obras, administrador de
los bienes de la Gran Esposa Real Hatshepsut, administrador de los bienes de la
hija real Neferure, tesorero real, administrador del Palacio, gran mayordomo de
la Esposa del Dios y tutor de la hija real Neferure”.
Senenmut, estatua-cubo de
cuarcita en el British Museum. Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons
La obra más conocida es
el templo funerario de la reina Hatshepsut en Deir el-Bahari. No es una idea
original, sino que retoma un modelo anterior: el templo de Mentuhetep II
construido cinco siglos antes, pero aumentado en tamaño y magnificencia.
Senenmut dirigió un equipo
técnico compuesto por dieciséis carpinteros, diez talladores de piedra y veinte
grabadores para el diseño y construcción de este templo. Su diseño en tres
niveles de terrazas, fachadas con columnas, rampas de acceso y patio superior
forman un conjunto que aún asombra por su modernidad.
Poco o nada queda de la entrada
al templo, que se señalaba con una avenida de esfinges con cuerpo de león y
cabeza de Hatshepsut tocada con el nemes, símbolo del poder real. Tampoco se ve
el jardín de palmeras, árboles frutales, viñas y mimosas, ni los estanques en
forma de T con papiros y flores que se extendían a ambos lados. Lo que sí se
aprecia todavía es la piedra blanca con la que está construido, que es una
piedra caliza local.
Templo de Hatshepsut. Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons
Amenhotep hijo de Hapu fue el arquitecto que concibió el templo de
Luxor, bajo el reinado de Amenhotep III, en la dinastía XVIII, entre 1402 a.C.
y 1364 a.C. Este recinto sagrado, llamado “El harén del sur de Amón”, fue el
modelo a seguir para los siguientes templos egipcios.
Amenhotep estatua en Luxor. Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons
El templo de Luxor se
concibió como una parte del templo de Karnak y su finalidad era la de celebrar
la fiesta de Opet, el Año Nuevo, que era en el momento en que las aguas del
Nilo alcanzaban el máximo nivel de la crecida. El templo sigue un único eje
longitudinal en el que se sitúan el pilono de entrada, el patio porticado
descubierto, una sala hipóstila y varias antesalas antes del sancta santorum. La altura de los techos
disminuye conforme se adentra en el templo.
También se encargó de
elegir los dos bloques de cuarcita roja de la cantera de Gebel el-Ahmar en los
que se esculpieron las esculturas de Amenhotep III, conocidas como los Colosos
de Memnon, que presidían el templo funerario de este rey.
Colosos de Memnon. Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons
Kha trabajó durante los reinados de Amenhotep II, Djehutymose
IV (Tutmosis IV) y Amenhotep III. Fue un arquitecto destacado y su tumba
intacta, en Deir el-Medina, fue encontrada en 1906 por Ernesto Schiaparelli. Se
encontraron herramientas (mazos, cinceles), utensilios de escriba (paleta con huecos
para tintas, cálamos y tablillas), moldes para hacer adobes e instrumentos de medición
(escuadra con plomada, codos de madera – para medir longitudes, un codo: 0,45
metros).
Kha. Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons
Khaemwaset, el cuarto hijo de Ramsés II y segundo de la reina
Isetnofret, ostentó el título de de Gran Jefe de los artesanos de Ptah, la
máxima jerarquía del clero de Menfis durante la dinastía XIX, entre 1295 a.C. y
1186 a.C. del Reino Nuevo.
Proyectó las primeras
galerías del Serapeum de Menfis, lugar de descanso de los bueyes Apis y
restauró varios monumentos, como el templo solar del faraón Niuserra y las
pirámides de los faraones Sahura y Unas (del Reino Antiguo) en nombre de su
padre, por lo que se le considera el primer egiptólogo de la historia.
Khaemwaset en el Altes
Museum de Berlin. Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons
Mentuemhat vivió durante la dinastía XXV, bajo los reinados de
los reyes nubios Taharqa y Tanutamun. Ostentó, entre otros títulos, los de “cuarto
profeta de Amón y príncipe de Tebas”.
Supervisó las obras de estos
dos reyes en Medinet Abu y Karnak
Mentuemhat. Fuente: http://www.touregypt.net
Como última curiosidad,
decir que en 1935 Walter Bryan Emery inició la búsqueda de la tumba de
Imhotep, pero ésta aún sigue oculta, siendo el objetivo principal de muchas misiones
arqueológicas en Saqqara. Quizá algún día alguien repita esa famosa frase: “Veo
cosas maravillosas”.
Bibliografía:
Estrada Laza, Fernando. El templo
de Luxor, joya del Nilo. Historia National Geographic nº11
Hawas, Zahi. Los secretos de Saqqara. Historia
National Geographic nº12
Bedman, Teresa y Martín
Valentín Francisco. Sen-en-mut, favorito
de la reina Hatshepsut. Historia National Geographic nº15
Estrada Laza, Fernando.
La primera pirámide. Historia National Geographic nº23
Castellano, Nuria. El Gran templo de Hatshepsut en Deir
el-Medina. Historia National Geographic nº50
Parra Ortiz, José Miguel.
La Gran Pirámide. Historia National
Geographic nº55
Mascort, Maite. Arquitectos del
faraón. Historia National Geographic nº121
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