06 abril 2014

ARQUITECTOS EN EL ANTIGUO EGIPTO

Por Carmen Lacasa 

Salvo Vitruvio, arquitecto del antiguo imperio romano, apenas se conocen nombres de arquitectos, considerados hasta el Renacimiento como maestros de obras, y los edificios se atribuyen a los promotores, ya sean monarcas, nobles o eclesiásticos.
Pero en el Antiguo Egipto, algunos de estos nombres sí fueron reconocidos. Entre ellos destaca, cómo no, Imhotep, considerado el primer arquitecto conocido de la historia.

Imhotep, Hemiunu, Ineni, Senenmut, Amenhotep hijo de Hapu, Kha, Khaemuaset… Son algunos de los nombres que han llegado hasta nosotros y de los que se puede decir realmente que son arquitectos. No porque esta palabra aparezca escrita, sino por los títulos que acompañan, además, a sus nombres. De hecho, los arquitectos eran los imy-r kAwt, es decir, los directores de las obras. Si a ello se le añadía kAwt neb n nesw, de todas las obras las rey, su nombre ya era conocido.
Imhotep vivió durante el reinado del rey Djoser, de la Dinastía III, entre 2686 a.C. y 2616 a.C. La certeza de su condición como arquitecto viene escrita en la base de una estatua real donde aparecen su nombre y sus títulos: “El tesorero real del Bajo Egipto, el Primero tras el Rey del Alto Egipto, administrador del Gran Palacio, señor hereditario, gran sacerdote de Re en Heliópolis, Imhotep el constructor, escultor, hacedor de vasijas de piedra”.
Todos los arquitectos ostentaron un título religioso ya que, al igual que los médicos, escribas escultores o pintores, estudiaban en los templos, espacios donde se dictaban las normas a seguir en todas las disciplinas.
Imhotep, figura del Louvre. Fuente: http://commons.wikimedia.org
La influencia de Imhotep fue tal que incluso se elevó a la categoría de dios y su culto fue venerado a lo largo de toda la época faraónica. En el siglo IV a.C. se le veneró también como patrono de escribas y médicos, categoría esta última con la que pasó a la cultura griega asimilándolo a Asclepios y a la romana como Esculapio.
Su fama le viene por ser el arquitecto del recinto funerario de Djoser y el autor de la pirámide escalonada. La duración de esta obra en el tiempo viene condicionada por el tipo de material constructivo empleado, la piedra tallada, que no se había usado hasta entonces como material estructural, sino tan solo en elementos aislados como dinteles.
Aunque la idea original para la tumba real era una mastaba, Imhotep hizo tres ampliaciones.
La mastaba inicial era cuadrada, de 63 metros de lado y ocho metros de altura, construida en piedra y revestida con bloques de caliza de calidad procedentes de la cantera de Tura. Más tarde se agrandó hasta tener una forma rectangular de 71x79 metros.
Sobre esta mastaba se hizo la siguiente ampliación: se elevaron sobre la mastaba cuatro escalones troncopiramidales hasta una altura de 42 metros. Y la segunda amplificó la base hasta tener 109x121 metros y elevó la pirámide a seis escalones y una altura de 60 metros. La pirámide se construyó con bloques pétreos muy pequeños y por capas sucesivas, en hiladas horizontales inclinadas hacia el interior para asegurar la estabilidad del conjunto. Había nacido la pirámide.
Complejo funerario de Djoser y Pirámide escalonada. Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons
Hemiunu ostentó los títulos de hijo real (era hijo de una princesa y sobrino del rey), chaty (visir), supervisor de los escribas del rey y director de todos los trabajos del rey bajo el reinado de Khufu (Keops) durante la Dinastía IV, entre 2589 a.C. y 2566 a.C.
No se tiene constancia fehaciente, pero se le supone el autor de la gran pirámide de Khufu, que domina la meseta de Gizah y es el símbolo del poder faraónico por excelencia. Para entonces, las técnicas constructivas habían evolucionado hasta alcanzar casi la perfección a los ojos de los egipcios de la época.
Ineni trabajó durante la dinastía XVIII, ya en el Reino Nuevo, para Amenhotep I, Djehutymose I (Tutmosis I), Djehutymose II (Tutmosis II), Djehutymose III (Tutmosis III) y Hatshepsut.
Diseñó numeroso proyectos para Djehutymose I: la Gran Sala del templo de Karnak, una zona hipóstila para conmemorar la victoria del rey sobre los hiksos, los pilonos cuarto y quinto del templo, patios y estatuas.
También fue el que ideó y construyó la primera tumba real en el Valle de los Reyes para este rey, la llamada KV20. Es famosa la frase que se le atribuye respecto de esta última construcción, “nadie me vio, nadie me oyó”, refiriéndose al secretismo sobre la ubicación de la tumba real.
Senenmut es quizás más conocido por su relación personal con Hatshepsut, auténtica reina faraón de la dinastía XVIII entre 1490 a.C. y 1468 a.C. que por ser el “director de todas las obras las obras, administrador de los bienes de la Gran Esposa Real Hatshepsut, administrador de los bienes de la hija real Neferure, tesorero real, administrador del Palacio, gran mayordomo de la Esposa del Dios y tutor de la hija real Neferure”.
Senenmut, estatua-cubo de cuarcita en el British Museum. Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons 
La obra más conocida es el templo funerario de la reina Hatshepsut en Deir el-Bahari. No es una idea original, sino que retoma un modelo anterior: el templo de Mentuhetep II construido cinco siglos antes, pero aumentado en tamaño y magnificencia.
Senenmut dirigió un equipo técnico compuesto por dieciséis carpinteros, diez talladores de piedra y veinte grabadores para el diseño y construcción de este templo. Su diseño en tres niveles de terrazas, fachadas con columnas, rampas de acceso y patio superior forman un conjunto que aún asombra por su modernidad.
Poco o nada queda de la entrada al templo, que se señalaba con una avenida de esfinges con cuerpo de león y cabeza de Hatshepsut tocada con el nemes, símbolo del poder real. Tampoco se ve el jardín de palmeras, árboles frutales, viñas y mimosas, ni los estanques en forma de T con papiros y flores que se extendían a ambos lados. Lo que sí se aprecia todavía es la piedra blanca con la que está construido, que es una piedra caliza local.
Templo de Hatshepsut. Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons
Amenhotep hijo de Hapu fue el arquitecto que concibió el templo de Luxor, bajo el reinado de Amenhotep III, en la dinastía XVIII, entre 1402 a.C. y 1364 a.C. Este recinto sagrado, llamado “El harén del sur de Amón”, fue el modelo a seguir para los siguientes templos egipcios.
Amenhotep estatua en Luxor. Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons
El templo de Luxor se concibió como una parte del templo de Karnak y su finalidad era la de celebrar la fiesta de Opet, el Año Nuevo, que era en el momento en que las aguas del Nilo alcanzaban el máximo nivel de la crecida. El templo sigue un único eje longitudinal en el que se sitúan el pilono de entrada, el patio porticado descubierto, una sala hipóstila y varias antesalas antes del sancta santorum. La altura de los techos disminuye conforme se adentra en el templo.
También se encargó de elegir los dos bloques de cuarcita roja de la cantera de Gebel el-Ahmar en los que se esculpieron las esculturas de Amenhotep III, conocidas como los Colosos de Memnon, que presidían el templo funerario de este rey.
 
Kha trabajó durante los reinados de Amenhotep II, Djehutymose IV (Tutmosis IV) y Amenhotep III. Fue un arquitecto destacado y su tumba intacta, en Deir el-Medina, fue encontrada en 1906 por Ernesto Schiaparelli. Se encontraron herramientas (mazos, cinceles), utensilios de escriba (paleta con huecos para tintas, cálamos y tablillas), moldes para hacer adobes e instrumentos de medición (escuadra con plomada, codos de madera – para medir longitudes, un codo: 0,45 metros).
Khaemwaset, el cuarto hijo de Ramsés II y segundo de la reina Isetnofret, ostentó el título de de Gran Jefe de los artesanos de Ptah, la máxima jerarquía del clero de Menfis durante la dinastía XIX, entre 1295 a.C. y 1186 a.C. del Reino Nuevo.
Proyectó las primeras galerías del Serapeum de Menfis, lugar de descanso de los bueyes Apis y restauró varios monumentos, como el templo solar del faraón Niuserra y las pirámides de los faraones Sahura y Unas (del Reino Antiguo) en nombre de su padre, por lo que se le considera el primer egiptólogo de la historia.
Khaemwaset en el Altes Museum de Berlin. Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons
Mentuemhat vivió durante la dinastía XXV, bajo los reinados de los reyes nubios Taharqa y Tanutamun. Ostentó, entre otros títulos, los de “cuarto profeta de Amón y príncipe de Tebas”.
Supervisó las obras de estos dos reyes en Medinet Abu y Karnak
Mentuemhat. Fuente: http://www.touregypt.net
Como última curiosidad, decir que en 1935 Walter Bryan Emery inició la búsqueda de la tumba de Imhotep, pero ésta aún sigue oculta, siendo el objetivo principal de muchas misiones arqueológicas en Saqqara. Quizá algún día alguien repita esa famosa frase: “Veo cosas maravillosas”.
Bibliografía:
Estrada Laza, Fernando. El templo de Luxor, joya del Nilo. Historia National Geographic nº11
Hawas, Zahi. Los secretos de Saqqara. Historia National Geographic nº12
Bedman, Teresa y Martín Valentín Francisco. Sen-en-mut, favorito de la reina Hatshepsut. Historia National Geographic nº15
Estrada Laza, Fernando. La primera pirámide. Historia National Geographic nº23
Castellano, Nuria. El Gran templo de Hatshepsut en Deir el-Medina. Historia National Geographic nº50
Parra Ortiz, José Miguel. La Gran Pirámide. Historia National Geographic nº55
Mascort, Maite. Arquitectos del faraón. Historia National Geographic nº121
 

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