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08 diciembre 2013

GIOVANNI BATTISTA BELZONI. EL SALTIMBANQUI QUE VIAJÓ A EGIPTO

Por Carmen Lacasa Esteban.

La historia de este personaje es de auténtica película de Hollywood. Nunca deja de sorprenderme el descubrir todas las cosas que Belzoni hizo a lo largo de su vida. 

En el año 1799 Napoleón Bonaparte envió a Egipto 165 eruditos de la Comisión de las Ciencias y de las Artes del ejército de Oriente para que midieran y dibujaran todos los monumentos que Vivant Denon había visto y para que continuaran investigando. El barón Dominique Vivant Denon había visitado Egipto en 1798 junto con un grupo de soldados y a su vuelta, con la ayuda de sus dibujos, consiguió que Napoleón viajara en persona al país del Nilo. Es el momento de aquella famosa frase de Napoleón: “¡Soldados! ¡Desde lo alto de esas Pirámides, cuarenta siglos os contemplan!”.  
 
En 1802 Vivant Denon publica su libro Le voyage dans la Basse et la Haute Égypte pendant les campagnes du général Bonaparte. Y entre 1809 y 1822 se imprime en París, en nueve volúmenes de texto y once enormes volúmenes de láminas, la Description o Recueil des observations et des Recherches qui ont été faites en Égypte pendant l’expédition de l’armée française publié par les ordres de S.M l’Empereur Napoleon, que constituye la base principal sobre la que se ha construido la egiptología. La famosa Déscription de l’Egypte.
Tras estas dos publicaciones, en Europa se desata el furor por Egipto y sus maravillas, iniciándose una época en la que se multiplicaron los saqueos de las tumbas y templos por parte de aventureros que vendían los tesoros a la clase adinerada europea o estadounidense o alimentaban las vitrinas de los museos. Entre ellos estaba Belzoni.


Giovanni Battista Belzoni nació en Padua en 1778.
Se trasladó a Roma con dieciséis años para ganarse la vida y cuando estaba a punto de convertirse en fraile (en 1798) los franceses entraron en la ciudad. Tras esto, en 1802, se traslada a Londres donde, para subsistir, se convierte en saltimbanqui. Era muy alto, dicen que medía más de dos metros, y tenía una fuerza extraordinaria. Trabajaba en la calle, en ferias y en circos. Los carteles del teatro donde se exhibía lo presentaban como el “Sansón de la Patagonia” y aparecía en escena disfrazado de patagón, con plumas en la cabeza. Al final de espectáculo se le veía llevando un soporte metálico encima del cual iban doce personas de pie. Era la “pirámide humana”. 
 

Fuente: Vercouttier, Jean. Egipto, tras las huellas de los faraones
En 1812 dejó Inglaterra y viajó a Portugal y España. En 1814 viajó a Malta donde un agente de Mehmet Alí le sugirió que fuera a Egipto, país donde sus conocimientos de hidráulica serían muy apreciados. Conocimientos adquiridos no se sabe cómo.
En compañía de su mujer y de un criado irlandés, desembarcó en Egipto, donde conoció inmediatamente a Drovetti y Burckhardt, viajeros, aventureros y traficantes de antigüedades. Durante dos años trabajó en su invento: una máquina hidráulica más eficiente que sus contemporáneas, destinada a facilitar el riego. Tras hacer una demostración en el palacio de Mehmet Ali y demostrar que este aparato proporcionaba, en el mismo tiempo, una cantidad de agua seis veces mayor que la saquieh tradicional, Mehmet Alí se negó a comprarlo, influido por sus allegados. Con lo que Belzoni se quedó sin recursos en un país extranjero.
Es cuando se acordó de que Burckhardt le había hablado, en cierta ocasión, de una cabeza colosal de Ramsés II que yacía delante del Ramesseum, conocido en aquella época como el Memnonium y la estatua como el Joven Memnon. Burckhardt quería llevarla a Inglaterra para regalarla al príncipe regente. Belzoni pensó que quizá podría ganar algo de dinero con aquella cabeza, así que se presentó, junto con Burckhardt, en casa de Salt, que era el cónsul general de Inglaterra en Egipto. Salt vió, en esta operación, la posibilidad de satisfacer los deseos de Bankes, un rico coleccionista miembro del consejo de administración del British Museum, que le había pedido antigüedades para sí mismo y para el propio museo.
De esta forma, Salt adelantó el dinero necesario para el viaje de Belzoni a Luxor, además de una cantidad destinada a la compra de todas las antigüedades que pudiera descubrir.
Con el firman que le autorizaba para reclutar a los obreros necesarios, Belzoni salió de Bulak, el puerto fluvial de El Cairo, a finales de junio y llegó a Tebas el 22 de julio de 1816. Se dirigió inmediatamente al Ramesseum e inició los preparativos para el traslado. Cuando vio la cabeza “Su belleza superó todas mis expectativas, mucho más que su tamaño”, según relató en Voyages en Égypte et en Nubie, libro escrito por él mismo. También era un excelente dibujante y sus acuarelas se convertían rápidamente en litografías que los editores vendían.
Apenas habían llevado material para el traslado, tuvo problemas con el cachef, el gobernador de la región, para que le proporcionara los ochenta obreros que necesitaba, pero al final, el 27 de julio llegaron algunos hombres. Ante la incredulidad de los fellahs de Gurna, consiguieron mover el coloso lo suficiente como para poder introducir por debajo unas andas construidas con tablones de madera; una vez el bloque estuvo apoyado en ellas, lo levantaron para meter debajo unos rodillos, también de madera, primero la parte delantera y después la trasera. Ataron la cabeza a la estructura y para desplazarla unos hombres tiraban de las cuerdas y otros cambiaban los rodillos de atrás hacia delante.
Esta imagen es una acuarela de Belzoni, publicada en 1823. Está en la Biblioteca Nacional de París. El coloso de Ramsés II se encuentra en la gran sala de egiptología del British Museum.
 

El traslado fue una tarea ardua. Se tardaban diez días en mover la estatua unos 1200 metros. Un poco antes de llegar al Nilo, surgió otro problema más: se quedó sin obreros para continuar el traslado. Tras algunas explicaciones y un regalo al cachef, consistente en “dos bellas pistolas inglesas”, dos días después, el 7 de agosto volvieron los obreros y el 12 de agosto llegaron a la orilla del Nilo.
Mientras esperaba la llegada de un barco de tamaño adecuado, visitó las tumbas del Valle de los Reyes, Nubia y Abu Simbel. La primera tumba que descubrió fue la KV23, la del faraón Ay. En Filae toma posesión de un pequeño obelisco. Abu Simbel se encontraba tapado por la arena, y se prometió entrar allí alguna vez. El barco que esperaba seguía sin llegar y tuvo que buscar otro. Entretanto siguió con sus exploraciones: excavó en Karnak, donde descubrió dieciocho estatuas con cabeza de león (de la diosa Sekhmet), una estatua real y algunas esfinges, que se llevará junto con el busto.
El 17 de noviembre de 1816, tres meses después de haber llegado a la orilla del Nilo, el busto de Ramsés se embarcó camino de El Cairo, Alejandría y, finalmente, Europa.
Abú Simbel había sido descubierto por Burckhardt en 1813. Cuando Belzoni llegó allí, en 1816, esto fue lo que vio: “La arena acumulada por el viento del lado norte, en la roca que corona el templo, fue cayendo poco a poco hacia la fachada y sepultó la puerta en sus tres cuartas partes. Cuando me acerqué a este templo, perdí de golpe la esperanza de poder despejar la entrada, pues los montones eran tan grandes que no veía la posibilidad de llegar nunca hasta la puerta”.
Esto es lo que vio, según una acuarela suya, publicada en 1820.
Así que volvió al año siguiente, 1817, en compañía de tres ingleses, decidido a entrar en el templo. Tardaron cuatro semanas en despejar la entrada y entrar. “A la primera ojeada nos quedamos asombrados ante la inmensidad del subterráneo; pero nuestra sorpresa fue enorme cuando nos vimos rodeados de magníficos objetos artísticos de todo género, de pinturas, de esculturas, de figuras colosales”.
Interior de Abu Simbel, acuarela suya, publicada en 1820.
El calor en el interior del templo era de 44º y, además, se quedaron sin víveres, por lo que tuvieron que abandonar Abu Simbel el 3 de agosto de 1817, llevándose como recuerdo, eso sí, dos leones con cabeza de halcón, de tamaño natural, una pequeña estatua sedente y unos fragmentos de cobre que procedían de las puertas.
Volvió al Valle de los Reyes, decepcionado por no haber hallado un gran tesoro en Abu Simbel y allí descubrió la KV17, la tumba de Seti I, el padre de Ramsés II, considerada como la “capilla Sixtina” egipcia. También encontró la KV25, la KV16 de Ramsés I, la KV25 con dos mujeres, la KV19 de Mentuherkhepshef, la KV30 y la KV31.
Volvió a Europa en 1819, a Padua, donde fue recibido con honores. Escribió varios libros, entre ellos "Narrative of the Operations and Recent Discoveries Within the Pyramids, Temples, Tombs and Excavations in Egypt and Nubia and of a Journey to the Coast of the Red Sea, in search of the ancient Berenice; and another to the Oasis of Jupiter Ammon", publicado en Londres en 1820 y “Description of the Egyptian Tomb, Discovered by G. Belzoni”, publicado también en Londres en 1821.
Belzoni no fue el único en llevarse los tesoros de Egipto fuera del país. El saqueo, el robo de las antigüedades a principios del siglo XIX fue, a nuestros ojos, un escándalo. Pero pensemos también que, durante esa época, desaparecieron numerosos templos, estatuas y bajorrelieves, utilizados para construir fábricas o para ser quemados en hornos de cal.

Así que, todo aquello que estos aventureros de principios del siglo XIX robaron, es también todo aquello que salvaron y que ahora podemos contemplar en museos o colecciones privadas.

Bibliografía:
Vercouttier, Jean. Egipto, tras las huellas de los faraones.
La wikipedia, mejor en italiano:
 
El libro de Belzoni Narrative of the Operations…” está accesible en el siguiente enlace:

Artículo revisado en fecha 30 de mayo de 2021. 

15 noviembre 2013

TAMARA DE LEMPICKA

“Tamara de Lempicka es una artista tal, una mujer cuyas pinturas son fácilmente identificables aún por los que raras veces ponen el pie en galerías de arte”.
 
Me ha parecido adecuado empezar la entrada de Tamara de Lempicka, he de decir que es una de mis artistas favoritas, con esta frase de Laura Claridge en su publicación “Tamara de Lempicka: A Life of Deco and Decadence”.
 
Tamara de Lempicka pintando en su estudio
 
Empezaremos con unos breves apuntes biográficos.
 

27 octubre 2013

EGIPTO PREDINÁSTICO

Por Carmen Lacasa

Hablar del Antiguo Egipto siempre trae a la mente imágenes de pirámides, de templos, de reyes megalómanos y de tesoros enterrados y ocultos aún por descubrir. Pero Egipto, como todos los demás estados, tuvo una evolución histórica y un comienzo. Precisamente de ese comienzo habla este documento: del Egipto predinástico.   
Tratar de resumir 3000 años de historia en un breve “post” es una tarea poco menos que imposible; aún así, creo que vale la pena intentarlo.
Empezaremos por hacer una brevísima cronología:
-      Entre 6000 y 4500 a.C.: neolitización del valle del Nilo
-      Entre 4500 y 3900 a.C.: cultura Badariense
-      Entre 3900 y 3100 a.C.: cultura de Nagada
-      3100 a.C.: unificación de Egipto por Narmer, primer rey de la I Dinastía.
Durante el período comprendido entre 6000 y 4500 a.C. se produjo la NEOLITIZACIÓN del valle del Nilo. Neolitización es el paso de una economía de subsistencia a una economía de producción. Las comunidades humanas dejan de ser cazadoras-recolectoras y pasan a ser productoras de alimentos. Se practica la agricultura (cereales, hortalizas), la ganadería (bóvidos, ovejas, cabras, cerdos), el perro es un animal domesticado y aparece la cerámica, la cestería y el tejido.
La neolitización considerada como universal es la que se produjo en el próximo oriente asiático, en una región comprendida entre la franja sirio-palestina y los Montes Zagroz, y que empezó en el noveno milenio antes de Cristo. En este proceso apareció la agricultura en primer lugar, luego la ganadería y por último la cerámica. Recientes estudios en el norte de África han conducido a encontrar evidencias de una neolitización igual de antigua, pero donde la cerámica aparece en primer lugar, luego la ganadería y siendo la agricultura algo secundario. Es decir, en el Sahara se documenta la cerámica utilitaria más antigua del mundo.
A diferencia del Sahara y del Próximo Oriente donde la neolitización es muy temprana, en el valle del Nilo la neolitización es más bien tardía y no se da hasta el sexto milenio antes de Cristo. Esto es debido, muy probablemente, a que en el valle del Nilo el medio fue suficientemente abundante como para permitir a las comunidades humanas seguir viviendo de la caza, la pesca, la recolección y, en definitiva, de la explotación de los recursos fluviales; lo que hacía innecesaria una economía de producción. El trigo, las ovejas y las cabras llegaron del Próximo Oriente y la talla lítica, la fabricación y decoración de la cerámica del Sahara.
Un apunte antes de seguir, relativo a las denominaciones de Alto y Bajo Egipto que se van a repetir a partir de ahora con bastante frecuencia:
-     Se conoce como Alto Egipto la zona comprendida entre la primera catarata del Nilo (lo que ahora es la presa de Asuán) y el comienzo del Delta del Nilo (la antigua ciudad de Men-Nefer o Menfis); es decir, la zona sur de Egipto.
-     Se conoce como Bajo Egipto la zona del Delta del Nilo; es decir, la zona norte de Egipto.
Esta denominación podría parecer una contradicción, pero no es así, ya que el Nilo “desciende” desde el sur hacia el norte, con lo que la zona más alta del país (topográficamente hablando) es el sur y la más baja es el norte.
En Egipto se distinguen dos grandes áreas de civilización neolítica, denominadas área A y área B.
El área A data de finales del sexto milenio a.C. y se produce en el Bajo Egipto, es decir, en el norte del país; en concreto en delta occidental. No se trata de una cultura unitaria, ya que los yacimientos encontrados (Merimda Beni Salama, oasis de El-Fayum) presentan diferencias culturales y costumbres funerarias diversas.
El área B, en cambio, corresponde al sur del país, al Alto Egipto, y es algo más reciente puesto que se fecha desde mediados del quinto milenio a.C. Es la llamada CULTURA BADARIENSE (4500-3900 a.C). Se trata de una civilización homogénea, concentrada en un pequeño tramo del río Nilo en el centro del Alto Egipto. Conocían el trabajo del metal por percusión, en concreto, del cobre. Y también tenían una cultura funeraria homogénea: los enterramientos se hacían en necrópolis separadas de las zonas de vivienda y ubicadas en el desierto; los cuerpos se enterraban en fosas circulares, colocados en posición fetal, con la cabeza hacia el sur, mirando hacia occidente; había ofrendas de cerámica en las tumbas, una cerámica roja con los bordes y el interior de color negro sin decoración. Aún no existía la momificación; los cuerpos quedaban momificados de forma natural, a causa de la sequedad de la arena del desierto 
 
Si nos atenemos a la mentalidad de los antiguos egipcios, que pensaban que el sur era la región de donde procedían las aguas fecundantes, fertilizadoras y revitalizadoras de la crecida del Nilo, y occidente era el reino de los muertos, podríamos estar, probablemente, ante la primera documentación de unas creencias que después serían características del Egipto histórico. Lo que lleva a concluir que fue precisamente en el Alto Egipto donde tuvo lugar el proceso gradual que condujo desde el neolítico hasta el Egipto histórico.
La cultura badariense dio paso a la CULTURA DE NAGADA, que se extiende a lo largo del cuarto milenio a.C. y que recibe su nombre a partir del yacimiento de Nagada, situado en el corazón mismo del sur del Alto Egipto, en la zona que se indica en el siguiente mapa:
 
En este mapa, se define por primera vez los estados incipientes del Alto Egipto predinástico: el reino de Hieracómpolis al sur; el reino de Nagada en el centro, que ocupa la parte meridional del meandro del Nilo; y el reino de Tinis-Abydos al norte (Tinis es el nombre de la ciudad, que no ha sido excavada; y Abydos es el de la necrópolis correspondiente, que sí ha sido excavada).
En estos centros es donde la arqueología documenta de forma más clara un incremento de la población, un incremento paulatino de la jerarquización social, la especialización del trabajo y la presencia de cementerios para las élites, con tumbas cada vez más ricas, tanto desde el punto de vista arquitectónico como desde el punto de vista de los ajuares y la iconografía. Lo que llevó a la formación de los primeros estados tempranos del valle del Nilo.
La cultura de Nagada se extiende entre 3900-3100 a.C. aproximadamente, abarcando casi totalidad del cuarto milenio, y se subdivide, a su vez, en distintas etapas:
-          Nagada I 3900-3750 a.C.
-          Nagada II 3750-3300 a.C.
-          Nagada III 3300-3100 a.C.
Cada una de estas etapas se subdivide en otras como, por ejemplo, Nagada IIBC o Nagada IIIAB, pero que no vamos a diferenciar en este documento.
Durante Nagada I, los yacimientos se encuentran en centro del Alto Egipto y también en el área inmediatamente adyacente por el sur hasta Hieracómpolis, extendiéndose por la mayor parte del sur del Alto Egipto. La cerámica es de color rojo con motivos decorativos blancos; motivos humanos, animales, vegetales o geométricos, inspirados en el medio fluvial y de las tierras inmediatamente adyacentes. Se han encontrado cabezas de maza discoides (arma depositada como ofrenda funeraria en las tumbas); paleta para mezclas cosméticas de grauvaca (roca detrítica grisácea) con forma de antílope; y estatuillas llamadas barbados que proceden de las tumbas de las élites. Son particularmente significativas si tenemos en cuenta que la barba, en tiempos históricos, será una prerrogativa del rey y de los dioses, es decir, un símbolo de poder.
 
Durante Nagada II, la cultura Alto Egipcia se extiende hasta el norte del propio Alto Egipto e incluso hasta el Delta, de manera que a finales de Nagada II, todo el valle del Nilo presenta una cultura material relativamente homogénea, originaria del Alto Egipto. La cerámica es de color beige con decoraciones en marrón o rojo oscuro; los motivos se inspiran en el medio nilótico y destacan las barcas de múltiples remos, que se asocian al simbolismo funerario. Se han encontrado mazas piriformes, consideradas símbolo de la realeza faraónica por ser el arma que el rey blande ante el enemigo atado y arrodillado.
De esta etapa, son especialmente importantes las tumbas T16 y T23, halladas en la necrópolis de Hieracómpolis, el cementerio HK6. El cementerio HK6 es importante porque en él se documentan por primera vez algunos de los rasgos definidores de la cultura funeraria del Antiguo Egipto.
La tumba T23 estuvo rodeada por una valla; tenía una pequeña capilla funeraria cerca de la cual se han inhumado objetos tallados en sílex, como armas y pequeñas tallas que representan animales salvajes como un íbex o un ovino salvaje; lo que hace pensar en uno de los temas recurrentes en el Antiguo Egipto: el dominio del hombre sobre los animales. También se han recuperado alrededor de seiscientos fragmentos correspondientes a una estatua humana de piedra caliza, posiblemente del rey enterrado en ella. Se trata de la estatua humana más antigua documentada de la historia del arte egipcio. Los fragmentos mejor conservados corresponden a la nariz y a las orejas y a partir de ellos, se ha podido deducir que se trataría de una estatua de tamaño casi natural.
En la transición de Nagada II a Nagada III, la situación política y cultural del Alto Egipto se transforma profundamente. De los tres grandes núcleos urbanos de la región, Hieracómpolis, Nagada y Tinis-Abydos, fue este último el que estuvo a la cabeza y se convirtió, probablemente desde principios de Nagada III, en la capital de un nuevo reino predinástico unificado del Alto Egipto. Estos tres estados incipientes se unieron muy a principios de Nagada III en un único reino unificado que emprendió un proceso de expansión política y militar, que lo llevó por el sur hasta la altura de Elefantina (es decir, a la altura Asuán, la primera catarata) y por el norte hasta el Mediterráneo.
Es importante tener presente que este proceso de unificación política y militar de las Dos Tierras estuvo precedido por un proceso de unificación cultural que se desarrolló durante Nagada II y que supuso que la cultura del sur, la cultura del Alto Egipto, se expandiera por todo el valle del Nilo, y en especial por el delta, es decir por el Bajo Egipto. Se impuso la tradición cultural material de Abydos (cerámica, industria lítica, objetos en metal, artefactos construidos por el ser humano, patrones de asentamiento, necrópolis, tumbas) en todo el valle del Nilo.
No se sabe por qué mecanismos se produjo esta unificación cultural, pero algunos autores han avanzado la hipótesis de que fuera el resultado de un proceso de colonización del Delta por parte de las élites del Alto Egipto, para asegurarse el control de las vías de comunicación por las cuales llegaban a Egipto bienes y materias de prestigio desde el continente asiático.
En Nagada III es especialmente importante la tumba denominada tumba U-j de Abydos, ya que en ella se han encontrado los primeros testimonios de ESCRITURA JEROGLÍFICA en el valle del Nilo. Se trata de pequeñas inscripciones vinculadas a las ofrendas funerarias y suponen el estadio inicial del proceso de formación de la escritura egipcia. Las inscripciones pintadas sobre vasos de la tumba U-j consisten en uno o dos signos. Cuando se trata de dos signos, uno de ellos es siempre el signo de un animal; mientras que el otro parece hacer referencia a un lugar. El signo de animal que más se repite con diferencia es el del escorpión.
También se han encontrado inscripciones de signos grabados sobre etiquetas de hueso o marfil, cuyas dimensiones oscilan entre 1 y 4 cm de lado y que tienen un agujero que permitía sujetarlas a las ofrendas a las que se relacionaban. En la mayoría de los casos, los signos constituyen la forma arcaica de los signos de la escritura jeroglífica definitivamente constituida. Estas inscripciones son de dos tipos: por un lado, tenemos cifras, y por otro lado, designaciones, especialmente de lugares. Probablemente, las dos inscripciones más interesantes de la tumba U-j son la de la siguiente fotografía.
Cada una de las dos etiquetas contiene tres signos. De estos tres signos, los primeros dos, con ligeras variantes formales, son idénticos en las dos etiquetas. Se trata de una serpiente y de una montaña. Estos dos símbolos se leen djw, que significa montaña. En cuanto al tercer signo de cada inscripción: el de la derecha es un ibis crestado y sirve para escribir la palabra egipcia i3hw, que significa luz; el de la izquierda es un cielo del que pende un astro y sirve para escribir la palabra egipcia grh, que significa noche u oscuridad. Así pues, las dos inscripciones pueden leerse djw i3hw, o Montaña de la luz, la de la derecha y djw grh, o Montaña de la oscuridad, la de la izquierda.
Datan de este período toda una serie de documentos iconográficos que conocemos con el nombre de DOCUMENTOS DE LA UNIFICACIÓN, que son testimonio elocuente de este proceso y que se encuentran en los soportes y en la iconografía.
En cuanto a soportes, los documentos de la unificación pueden ser pinturas murales o pinturas sobre tejidos; relieves esculpidos sobre mangos de cuchillo ritual de marfil de hipopótamo o relieves sobre paletas votivas de grauvaca o sobre cabezas de maza también votivas de piedra caliza.
En cuanto a la iconografía de los documentos de la unificación, hay básicamente cuatro temas: la guerra y el dominio; la caza; el ritual regio y la dialéctica orden-caos. Temas a través de los que se expresa la ideología faraónica naciente.
Los frescos de la fotografía están pintados en los muros de la llamada tumba 100 de Hieracómpolis, fechada muy a finales de Nagada IICD, es decir, algo antes de 3300 a.C. El tema principal es una procesión de barcas, posiblemente con significado funerario. Además hay temas secundarios asociados a la caza, a la guerra y al dominio. En la imagen se puede ver el famoso tema del señor de los animales: un personaje entre dos leones rampantes, en este caso rojo el de la izquierda y negro el de la derecha. También aparece la primera representación conocida del motivo de la masacre del enemigo, destinado a convertirse en uno de los temas iconográficos más significativos de la realeza faraónica histórica.
De Nagada IIIAB (hacia 3300-3100 a.C.), es decir, ya propiamente del período de la unificación, data el cuchillo de Djebel el-Arak. En la parte superior del recto de este hermoso objeto, podemos ver el motivo del señor de los animales, pero esta vez con una factura claramente elamita o mesopotámica; evidencia de contactos e influencias que en este momento hubo entre Egipto y el golfo Pérsico.
De Nagada IIIAB (hacia 3300-3100 a.C.) datan las grandes paletas votivas decoradas. Las más antiguas no presentan su decoración organizada en registros horizontales. En la paleta de la fotografía se representan las dos modalidades posibles de caza: la caza al herbívoro, que es alimenticia y por lo tanto sin peligro; y la caza al carnívoro, a la gran fiera salvaje, en este caso al león, que es una caza peligrosa, y por lo tanto socialmente prestigiosa.
De Nagada IIIAB (hacia 3300-3100 a.C.) datan también, finalmente, las grandes cabezas de maza votivas decoradas, las más importantes de las cuales son la cabeza de maza de Escorpión, que es la de la fotografía, y la de Narmer. En ella el rey aparece representado en forma humana, ataviado con el atuendo ritual, el faldellín corto y la cola de toro, tocado con la corona blanca y portando en la mano una azada. La escena corresponde muy probablemente a la fundación de un templo.
Pero sin duda, el más importante de los documentos de la unificación es la famosa Paleta de Narmer, que hoy se guarda en el Museo del Cairo. Fechada alrededor de 3100 a.C., es considerada por los egiptólogos como el documento que señala el final del pre-Dinástico y el principio del Dinástico, de la Primera Dinastía, de la cual Narmer sería el primer faraón.
En la Paleta de Narmer la decoración se organiza en registros horizontales y el rey aparece representado cuatro veces: dos en forma humana y dos en forma animal. En el registro superior de las dos caras de la paleta tenemos representada a la diosa Bat a lado y lado del serej con el nombre del rey.  En el recto de la paleta, en el segundo registro, podemos ver al rey en forma humana presidiendo una procesión militar que se dirige hacia una serie de enemigos decapitados. En el registro inferior, podemos ver al rey en forma de toro que embiste enemigos y destruye fortalezas. En el registro central dos serpopardos, es decir dos animales fantásticos mitad felinos y mitad serpientes (de clara influencia mesopotámica), entrelazan sus cuellos formando el círculo que en las paletas más antiguas servía para la mezcla de cosméticos.
En el verso de la paleta, tenemos al rey representado en forma humana en el conocido motivo de la masacre del enemigo, que aquí recibe su forma canónica y definitiva. Además también tenemos representado al rey en forma de un halcón que sujeta una personificación de la tierra del delta, de la Tierra de los Papiros, que se ven brotar inmediatamente por debajo del propio halcón. Este último motivo alude muy probablemente al dominio del rey sobre el Bajo Egipto, y por tanto al hecho de que la unificación de las dos tierras estaría ya completada.
No en vano, en la Paleta de Narmer, el rey aparece tocado por primera vez en un mismo documento, con lo que a partir de ahora será la corona roja del Bajo Egipto (a la izquierda) y la corona blanca del Alto Egipto (a la derecha). Esto significa que el estado dual histórico está ya en marcha.
Una vez completada la unificación hacia el 3100 a.C., los reyes unificadores abandonaron Abydos como lugar de residencia y se establecieron en Menfis, fundada en el vértice del delta, en el límite mismo entre el Alto y el Bajo Egipto, y convertida a partir de ahora en la capital del nuevo Egipto unificado.
Bibliografía:
Cervelló, J. “Orígenes”, tema 1 del curso Egiptología impartido online por la Universitat Autònoma de Barcelona a través de la plataforma Coursera.
Kemp, B.J. 1989. Ancient Egypt. Anatomy of a Civilization. Londres: Routledge, p. 22.
Sobre los últimos descubrimientos en el cementerio HK6 de Hieracómpolis:
Friedman, R. Hierakonpolis. En: Teeter, E. (ed.) 2011. Before the Pyramids. The Origins of Egyptian Civilization (OIMP 33), Chicago: Oriental Institute (cap. 4).
Sobre la tumba U-j y la invención de la escritura en Egipto:
Wengrow, D. The Invention of Writing in Egypt. En: Teeter, E. (ed.) 2011. Before the Pyramids. The Origins of Egyptian Civilization (OIMP 33), Chicago: Oriental Institute (cap. 11);
Dreyer, G. Tomb U-j: A Royal Burial of Dynasty 0 at Abydos. En: Teeter, E. cit. cap. 14).

 

13 octubre 2013

FENG SHUI EN EL HOGAR

Feng Shui significa literalmente “viento” y “agua”. Es un antiguo arte que se practica en China desde hace miles de años y que consiste en colocar los muebles y demás enseres de una manera determinada para posibilitar el flujo de energía en el hogar. Es una antigua disciplina que influye no solo en la casa y en el entorno, sino también en la vida de las personas.

El chi
El Feng Shui se basa en la idea de que las corrientes de energía, llamadas chi, fluyen por toda la casa. En Japón, esta energía se conoce como ki y en India como prana. Para obtener lo mejor de nuestra vivienda es necesario permitir el libre flujo de esas corrientes por la casa, en lugar de bloquearlas o estancarlas. El chi siempre se mueve espiral, por lo que se favorecerá este movimiento en el hogar.
El chi es la fuerza vital o energía que mueve toda la vida del planeta. Fluye a través de todas las cosas y allí donde se concentra, las plantas, animales y personas se multiplican. Se encuentra sobre todo en zonas de agua, donde ésta fluye de forma lenta y sinuosa; por algo las civilizaciones se han asentado junto a ríos o lagos, porque son lugares donde se acumula el chi y son fuente de vida. Cuando el chi se estanca, la vida pierde su resistencia, se deteriora y muere.
La concentración beneficiosa de chi aporta una actitud positiva hacia la vida que se traduce en esperanzas y sueños, y en la energía con se cuenta para llevarlos a cabo. Influye en las emociones y en la actitud ante la vida. Cuando el chi está presente en abundancia, ningún reto parece demasiado grande. La depresión se asocia al chi estancado y despoja de la capacidad de planificar, avanzar y crecer.
El chi influye en las emociones, en la energía física y en la resistencia a las enfermedades; puede mejorar el modo en que nos relacionamos con otras personas, reforzar las relaciones familiares y atraer nuevas personas a nuestro círculo social; influye en el aumento de oportunidades laborales y de la riqueza.
Yin y yang
Una parte básica del Feng Shui es el equilibrio de las fuerzas complementarias, pero opuestas, del yin y el yang.
El yin se considera femenino, oscuro y pasivo; es la tierra, la oscuridad, la luna y la muerte; es el invierno, el frío, la quietud, la negatividad y el agua. El yang se caracteriza por ser masculino, positivo, brillante y ardiente; es el cielo, la luz, el sol y la vida; es el infinito y el cosmos; es cálido, iluminado, seco e inmóvil.
El símbolo taoísta del taiji  simplifica y muestra la interacción del yin (oscuro, pasivo) y el yang (blanco, positivo): uno no puede operar sin el otro. Se unen en mismo círculo (que significa la unidad), con un pequeño círculo dentro de cada sección que indica que nada es totalmente yin o yang; tiene que haber una pequeña cantidad del opuesto para aportar dinamismo.  
En el hogar, la armonía perfecta sólo vendrá del equilibrio de energías yin y yang. La presencia excesiva de objetos de una de la fuerzas en un ambiente genera un desequilibrio inmediato en las energías de la estancia. El hecho de armonizar el yin y el yang en las estancias de la casa ayudará a crear bienestar y armonía en el hogar.
 
Fuera el desorden
Cuando se empiece a introducir cambios en la casa, los niveles de energía y la perspectiva ante la vida también cambiarán. Sin embargo, antes de comenzar a aplicar alguna técnica de Feng Shui, hay que despejar el desorden y las energías negativas que pueden estar frenando el desarrollo personal; hay que deshacerse de los objetos viejos, rotos, que no se utilicen o que no se quieran, ya que solo crean energías estancadas. Se debe recordar que el Feng Shui es una técnica para mantener la energía del hogar en constante movimiento.
Hay que mantener el recibidor y las escaleras limpios para que fluya libremente el chi; arreglar los aparatos estropeados o tirarlos; no guardar objetos viejos debajo la cama porque crean energía estancada y negativa.
Limpieza de espacios
La limpieza de espacios elimina las energías negativas de la casa mediante el uso de ceremonias y rituales, en los que generalmente interviene la sal. En China, para limpiar la casa de chi negativa, un sacerdote taoísta escribe plegarias en un papel de pergamino, quema este papel, mezcla las cenizas con sal y disemina la mezcla ceremoniosamente por toda la casa.
Se puede emplear otras técnicas como rociar la estancia con un vaporizador con aceites esenciales (de salvia, pino, abeto o enebro en las casas nuevas; de geranio o lavanda después de una discusión; de eucalipto, limón o romero después de una enfermedad); o verter cristales de sal por la circunferencia de la habitación, que se aspiran después de veinticuatro horas.
Lo básico
La ubicación de la casa, la disposición de los muebles y enseres, el uso del color en cada estancia y el flujo del chi contribuyen a conformar un entorno equilibrado o desequilibrado, positivo o negativo. Mediante el uso de las técnicas del Feng Shui, estos elementos básicos se pueden manipular para crear una zona armónica y equilibrada que aporte felicidad, riqueza y salud.
Antes de empezar a introducir mejoras en el hogar, se debe averiguar la orientación de la casa con una brújula (los maestros de Feng Shui emplean una brújula china o luo pan; en su defecto, usaremos una brújula clásica). Se debe trazar el plano de la casa con la brújula en posición y luego superponerle el bagua. Esto permite descubrir dónde se hallan los Cinco Elementos y las Ocho Aspiraciones. Mediante este proceso, se puede averiguar qué zonas se pueden realzar o reactivar en la casa.
El bagua es un octógono con un trigrama en cada lado. Ba significa “ocho” y gua “trigrama”, por lo que bagua significa “ocho trigramas”. Es una de las herramientas básicas de diagnóstico utilizadas por el Feng Shui. Al superponer el plano de la casa y el bagua con los ocho trigramas se muestran las ocho posibles direcciones, que se asocian con los cinco elementos y las ocho aspiraciones.
Los Cinco Elementos (fuego, tierra, metal, agua y madera) son las energías fundamentales que configuran y transforman la vida; se asocian con las ocho direcciones de la brújula: el sur es el Fuego, el norte es el Agua, el este es la Madera y el oeste es el Metal. El sudoeste es la Tierra Fuerte, el noroeste es el Metal Fuerte, el nordeste es la Tierra Pequeña y el sudeste es la Madera Pequeña. La relación entre los Cinco Elementos, las direcciones de la brújula y el bagua constituye la esencia de la práctica del Feng Shui. Estos elementos interactúan entre sí en el mundo para crear la buena y la mala suerte.
Cada sector del bagua representa una de las Ocho Aspiraciones: el sur es el Reconocimiento y la Fama; el norte son las Perspectivas Profesionales; el este, la Familia y la Salud; el oeste, los Niños; el sudoeste se asocia al Matrimonio y a la Felicidad Sentimental; el noroeste son los Mentores y las Interconexiones; el nordeste es el Saber y la Cultura; y el sudeste representa la Riqueza y la Prosperidad.
Al superponer el bagua sobre el plano de la casa se puede comprobar en qué zonas se encuentran las Aspiraciones y se estará en disposición de utilizar los elementos relevantes para comenzar a realzarlas según las mejores direcciones. También se puede superponer el bagua sobre una única estancia, la que queramos mejorar.
También es importante conocer las Direcciones Personales de cada individuo, para lo que es necesario conocer el número gua, que determina las cuatro direcciones posibles hacia las que debe estar colocado un individuo para hacer las cosas fundamentales, como dormir con la cabeza en la dirección más beneficiosa. El cálculo del número gua se rige por el calendario lunar del año nuevo chino. Se debe reducir la fecha de nacimiento a un número, que será el que determine la mejor dirección gua: 1, sudeste; 2, nordeste; 3, sur; 4,norte; 6, oeste; 7, noroeste; 8, sudoeste; 9, este. El 5 no existe; si es hombre y sale 5, el número será el 2; y si es mujer, el número será el 8.
 
 
Aplicación práctica
Con el plano de la casa o estancia y el bagua superpuesto, conocemos los rincones asociados a cada una de las Ocho Aspiraciones. Por lo que se puede realizar algunas pequeñas cosas para reactivar el chi de la aspiración que deseamos mejorar. Un estudio completo y una organización adecuada requieren de las manos de un experto o, al menos, de algunas cosas más que estos simples apuntes. Aunque algunas pequeñas cosas pueden ayudar.
Para activar la aspiración de la Riqueza y prosperidad (sudeste, madera pequeña como plantas y flores, color verde): Colocar una fuente con agua en el sudeste del estudio, salón o jardín; en el ciclo productivo de los elementos, el agua produce madera. No se recomienda utilizar elementos acuáticos en el dormitorio. También se puede colocar una planta sana en el sudeste, con hojas redondeadas como la planta del dinero. O una lámpara con bombilla de bajo consumo que deberá tenerse siempre encendida. Los lavabos en el sector sudeste no favorecen esta aspiración, por lo que deberán estar cerrados y mantener la tapa del inodoro bajada.
Para activar la aspiración del Reconocimiento y la Fama (sur, fuego, luces, color rojo): Colocar luces de cualquier tipo (eléctricas, velas o fuego) en el sector sur de la casa, de una habitación o del jardín; colgadas del techo, apliques en pared o focos sobre mesas; las luces en este sector deben tener bases y pantallas de color madera o verde (elemento madera) o rojas (elemento fuego). No se deben usar lámparas o bases azules (elemento agua) ya que en el ciclo destructivo de los elementos, el agua destruye al fuego. También se puede colgar en el sur un cuadro que represente un amanecer para inspirar nuevos comienzos.
Para activar la aspiración del Matrimonio y la Felicidad Sentimental (sudoeste, tierra fuerte, parejas, color amarillo): Colocar parejas simbólicas de objetos, como velas o corazones, preferiblemente de color rojo, en la zona sudoeste del dormitorio o del salón. El color rojo simboliza la pasión. El hecho de colocar dos objetos juntos simboliza una pareja feliz, mientras que un objeto aislado es símbolo de soltería o soledad y tres o más objetos denotan un número excesivo de personas en la relación. Se pueden colocar también flores rojas frescas o de seda en el sudoeste de la casa, salón o dormitorio; colocar un abanico rojo en la pared del dormitorio; o utilizar cristales para atraer energía. Pero no se deban colocar acuarios, lavamanos, plantas o flores en el dormitorio. Y tampoco cuadros o fotografías de personas solas en ningún lugar de la casa.
Para activar la aspiración de los Niños (oeste, metal, color blanco): Colocar estatuas metálicas, aparatos eléctricos (televisión, música) en la zona oeste del salón; no en los dormitorios, ya que crean excesiva energía yang. Al realzar esta zona del salón, se procura la felicidad de los hijos, sus estudios e incluso la descendencia.  La matriarca debería dormir en su orientación de la suerte familiar o nien yen, según su número gua. Colocar objetos u adornos metálicos, cristales de cuarzo o amatista en la zona de trabajo de los niños; sentar al niño en su dirección de automejora o fu wei, según su número gua.
Para activar la aspiración de los Mentores e Interconexiones (noroeste, metal fuerte, color blanco, plateado y dorado): Colocar móviles de seis piezas metálicas huecas en un punto del noroeste donde les dé el aire o en el noroeste del jardín, estudio o salón. Con ello se atrae a amigos influyentes y mentores. El sonido de los móviles metálicos produce un agradable sonido que favorece la circulación del chi por toda la casa. También se pueden colocar televisores o aparatos de música; o pintar esta zona con colores blancos o metálicos, pero no telas o muebles de estos colores; tampoco usar color rojo o verde.
Para activar la aspiración de las Perspectivas Profesionales (norte, agua, color azul y negro): Colocar una pecera u otro elemento acuático (acuario o fuente pequeños) en la zona norte del salón o estudio, pero no en el dormitorio. No se debe exceder en el tamaño, pues simbolizaría que se “ahogan” las posibilidades. Los peces pueden ser de colores, combinando ocho o dos dorados y uno negro, pues son números simbólicos benéficos. El movimiento de los peces genera chi positivo. También se puede añadir una pequeña luz azul a esta zona.
Para activar la aspiración del Saber y la Cultura (nordeste, tierra pequeña, color amarillo o marrón): Colocar cristales (cuarzo natural, amatista, vidrio al plomo hecho a mano) en el rincón nordeste del estudio o de la habitación. El escritorio en el rincón nordeste de la estancia y el cristal en el rincón nordeste del mueble; o mirando a la cuarta mejor dirección según el número gua. Los cristales simbolizan el elemento tierra ya que provienen del interior de la misma. Colocar lámparas de formas redondeadas con el pie de cerámica, terracota o cristal, evitando las metálicas y angulosas. No poner los libros en el suelo, ni usarlos como puntos de apoyo; no poner plantas ni ornamentos metálicos; colocar los diplomas y certificados en el sector nordeste del estudio.
Para activar la aspiración de la Familia y Salud (este, madera, color verde oscuro): Colocar plantas de interior con las hojas redondeadas (en especial la planta del dinero) en el sector este de cualquier estancia de la casa, especialmente el salón. Con ello, los miembros de la familia se mantendrán sanos y en forma. También hay que intentar colocar el cabezal de la cama en una de las mejores direcciones según su número gua; colocar un cuadro con melocotones, símbolo de la inmortalidad, u objetos de cerámica, árboles de jade con seis u ocho melocotones.
Un último consejo
La aplicación de las técnicas del Feng Shui en el hogar puede resultar muy gratificante. Se puede comenzar con una estancia, comprobar el gran efecto que puede tener sobre nosotros y luego seguir con el resto de la casa y de la vida. El Feng Shui es una técnica disciplinada, no es una cuestión de fe; funciona con o sin fe. No es una creencia religiosa, sino un arte cuyo fin es lograr equilibrio, orden y armonía en el hogar, en el entorno y en la vida.
Bibliografía:
“Feng Shui para la casa actual”, Stephen Skinner y Mary Lambert. Editorial RBA Integral, 2001.