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16 diciembre 2022

Felices fiestas

En esta época del año felicito las fiestas de Navidad y Año Nuevo.

La navidad es el comienzo del invierno, el final del año y el inicio de uno nuevo. La navidad nos trae alegría, amistad y familia. El final del año nos hace reflexionar. El nuevo año nos invita a imaginar. Los reyes magos nos convierten en niños otra vez. Celebramos fiestas donde la alegría, la amistad y la familia son las principales invitadas.


Parece que cada año que pasa es más complicado que el anterior. A la pandemia de Covid19 hay que sumar los numerosos conflictos bélicos, entre ellos la guerra de Ucrania, las crisis migratorias en todo el mundo, la falta de alimentos en países en vías de desarrollo y tantas otras cosas que pasan desapercibidas para los que vivimos a espaldas de ellas.

Espero teneros a todos, siguiendo este blog, después de estas fiestas navideñas.

Esta vez os comparto una frase de Jalil Yibrán: “En el corazón de todo invierno vive una primavera palpitante y, detrás de cada noche, vive una aurora sonriente”.

 

Yibrán Jalil Yibrán, Khalil Gibran según la transcripción inglesa (Bisharri, Líbano 1883 – Nueva York, EE.UU 1931) fue un poeta, pintor, novelista y ensayista libanés.

Emigró con su familia a Estados Unidos y se estableció en Boston, aunque residió varias temporadas en Beirut, Whashington y París; lugares donde recibió una esmerada educación cosmopolita.

Compaginó la pintura con la escritura. La mayor parte de su obra está escrita en inglés, aunque también utilizó el árabe.

El libro que más repercusión alcanzó fue “El profeta”, cuya primera edición (1918) estaba ilustrada con dibujos del propio Yibrán. Por ello es conocido como “el profeta de Oriente”.

Otras obras conocidas son “Espíritus rebeldes” (1908) y “Alas rotas” (1911).

Falleció el 10 de abril de 1931 en Nueva York, a los cuarenta y ocho años. Sus restos fueron trasladados a Líbano donde descansan en un camino muy cercano al “bosque sagrado de los cedros milenarios”.

24 abril 2022

LIBRO: LAS CORTES DEL AMOR (THE COURTS OF LOVE)

FICHA TÉCNICA

Título en España: Las cortes del amor

Título original: The courts of love

Autora: Jean Plaidy, seudónimo de Eleanor Alice Burford Hibbert

Datos de edición: Ediciones Grijalbo, 1993, Segunda edición

Género: Novela histórica


Argumento y comentarios:

El argumento de “Las cortes del amor” se resume en la contraportada de este libro:

Nieta de Guillermo IX de Aquitania, se educó en el deslumbrante y poético ambiente de aquellas “cortes del amor” de hermosas damas, galantes caballeros y exaltados trovadores, Leonor llegó a ser duquesa de Aquitania por casualidad. Tempranamente, sin embargo, fue arrancada de su luminoso mundo para ser casada con Luis VII de Francia. La incompatibilidad de caracteres provocó la ruptura del matrimonio, precipitada por las infidelidades de Leonor, a quien no podía por menos que resultar estrecha una unión sin pasión. Ella se casaría inmediatamente con Enrique de Inglaterra, fascinada por su arrolladora vitalidad, pronto convertida en dureza de corazón.

Enmarcada en la Europa del siglo XII, esta novela no es sólo el retrato de una mujer excepcional o la crónica de una época convulsa. Es sobre todo una novela de amores frustrados e intrigas palaciegas, en las que se entremezclan la más nobles pasiones con los comportamientos más viles.


Sobre la protagonista: 

Más allá de esta descripción, el libro relata en primera persona (al estilo habitual de la autora) la biografía novelada de esta mujer, Leonor de Aquitania, que fue reina de dos países enfrentados, Francia e Inglaterra, durante el siglo XII.

En un momento como el actual en el que se está reivindicando el papel de la mujer en todos los ámbitos, es de destacar la gran influencia política que tuvo (era la madre del conocido y heroico Ricardo Corazón de León), lo que la llevó a sufrir encierros y aislamientos en diferentes etapas de su vida.




Sobre la autora: 

Eleanor Alice Burford Hibbert (Londres, 1903 – Mar Mediterráneo, 1993) fue una escritora británica que, bajo numerosos seudónimos, escribió cerca de 200 novelas entre históricas, románticas y góticas. Su nombre de soltera era Eleanor Alice Burford, añadiendo el apellido de su marido George Percival Hibbert al contraer matrimonio.


Sin duda, los seudónimos más conocidos son Victoria Holt (bajo el que escribió novelas góticas) y el de Jean Plaidy (bajo el que escribió novelas históricas, con personajes reales). Otros seudónimos son Philippa Carr, Elbur Ford, Kathleen Kellow, Anna Percival y Ellalice Tate. También escribió con su nombre de soltera, Eleanor Burford.


Por Carmen Lacasa Esteban



21 diciembre 2018

FELICES FIESTAS 2018-2019

Ha pasado otro año, en el que tal vez no hayamos podido cumplir todo aquello que nos propusimos cuando empezó, pero seguro que todos lo hemos estado intentando.

Nunca, jamás, hay que perder de vista el objetivo que queremos conseguir en la vida porque, tarde o temprano, llegará. 

Como dijo Walt Disney "si puedes soñarlo, puedes lograrlo".

Y como deseaban los antiguos egipcios para su rey, yo deseo que tengáis vida, fuerza y salud para el año 2019. 

¡Felices Fiestas!


18 diciembre 2017

FELICES FIESTAS 2017-2018



Siempre me gusta felicitar las fiestas a los seguidores del blog "El saber no está de más" con alguna frase original.
Este año con una frase de Ptahhotep, ilustre personaje del antiguo Egipto, del que si queréis saber más, sólo tenéis que pinchar en el enlace "leer más".
 
 
 
Para los egipcios el "corazón de una persona" era el "pensamiento".
 
¿Quieres conocer a Ptahhotep? Sigue leyendo.
 

19 octubre 2014

ZHENG HE, NAVEGANTE CHINO DEL SIGLO XV

Leí algo sobre este navegante hace unos años y acabo de leer una novela basada en sus viajes alrededor del mundo. Me fascinó en su día y me ha vuelto a suceder. Un eunuco chino del siglo XV que se convirtió en leyenda, bajo el nombre de Simbad el Marino, y que pudo ser el descubridor de América en 1421.
Hoy os lo quiero presentar: Zheng He.
 

02 marzo 2014

ALEJANDRO MAGNO EN EGIPTO

Alejandro Magno solo estuvo seis meses en Egipto, durante los cuales se convirtió en faraón. Su famosa visita al oráculo de Siwa y su proclamación como hijo del dios lo transformaron en un ídolo.

02 febrero 2014

EL CID: UN MERCENARIO CONVERTIDO EN PRÍNCIPE

Desterrado de Castilla por el rey Alfonso VI, convertido en mercenario a las órdenes del mejor postor y aliado del príncipe de la Taifa de Zaragoza, al-Muqtamid, Rodrigo regresó a la corte castellana para apoyar a su rey contra los almorávides. Pero Alfonso VI lo vuelve a desterrar. Y Rodrigo decide conquistar Valencia para sí.
En este segundo y último post de El Cid, contaremos desde su reconciliación con Alfonso VI hasta su muerte.
 

19 enero 2014

EL CID: UN NOBLE VENIDO A MERCENARIO

Convertido en héroe por el conocido Cantar de Mio Cid, en realidad Rodrigo Díaz se hizo famoso en su época por ser un soldado invencible, un mercenario que se vendía al mejor postor, cristiano o musulmán. Un mercenario que conquistó territorios y que llegó a ser Señor de Valencia.
Este es el primero de los dos post de El Cid, que habla de él desde su nacimiento hasta la reconciliación con el rey Alfonso VI.
 

08 diciembre 2013

GIOVANNI BATTISTA BELZONI. EL SALTIMBANQUI QUE VIAJÓ A EGIPTO

Por Carmen Lacasa Esteban.

La historia de este personaje es de auténtica película de Hollywood. Nunca deja de sorprenderme el descubrir todas las cosas que Belzoni hizo a lo largo de su vida. 

En el año 1799 Napoleón Bonaparte envió a Egipto 165 eruditos de la Comisión de las Ciencias y de las Artes del ejército de Oriente para que midieran y dibujaran todos los monumentos que Vivant Denon había visto y para que continuaran investigando. El barón Dominique Vivant Denon había visitado Egipto en 1798 junto con un grupo de soldados y a su vuelta, con la ayuda de sus dibujos, consiguió que Napoleón viajara en persona al país del Nilo. Es el momento de aquella famosa frase de Napoleón: “¡Soldados! ¡Desde lo alto de esas Pirámides, cuarenta siglos os contemplan!”.  
 
En 1802 Vivant Denon publica su libro Le voyage dans la Basse et la Haute Égypte pendant les campagnes du général Bonaparte. Y entre 1809 y 1822 se imprime en París, en nueve volúmenes de texto y once enormes volúmenes de láminas, la Description o Recueil des observations et des Recherches qui ont été faites en Égypte pendant l’expédition de l’armée française publié par les ordres de S.M l’Empereur Napoleon, que constituye la base principal sobre la que se ha construido la egiptología. La famosa Déscription de l’Egypte.
Tras estas dos publicaciones, en Europa se desata el furor por Egipto y sus maravillas, iniciándose una época en la que se multiplicaron los saqueos de las tumbas y templos por parte de aventureros que vendían los tesoros a la clase adinerada europea o estadounidense o alimentaban las vitrinas de los museos. Entre ellos estaba Belzoni.


Giovanni Battista Belzoni nació en Padua en 1778.
Se trasladó a Roma con dieciséis años para ganarse la vida y cuando estaba a punto de convertirse en fraile (en 1798) los franceses entraron en la ciudad. Tras esto, en 1802, se traslada a Londres donde, para subsistir, se convierte en saltimbanqui. Era muy alto, dicen que medía más de dos metros, y tenía una fuerza extraordinaria. Trabajaba en la calle, en ferias y en circos. Los carteles del teatro donde se exhibía lo presentaban como el “Sansón de la Patagonia” y aparecía en escena disfrazado de patagón, con plumas en la cabeza. Al final de espectáculo se le veía llevando un soporte metálico encima del cual iban doce personas de pie. Era la “pirámide humana”. 
 

Fuente: Vercouttier, Jean. Egipto, tras las huellas de los faraones
En 1812 dejó Inglaterra y viajó a Portugal y España. En 1814 viajó a Malta donde un agente de Mehmet Alí le sugirió que fuera a Egipto, país donde sus conocimientos de hidráulica serían muy apreciados. Conocimientos adquiridos no se sabe cómo.
En compañía de su mujer y de un criado irlandés, desembarcó en Egipto, donde conoció inmediatamente a Drovetti y Burckhardt, viajeros, aventureros y traficantes de antigüedades. Durante dos años trabajó en su invento: una máquina hidráulica más eficiente que sus contemporáneas, destinada a facilitar el riego. Tras hacer una demostración en el palacio de Mehmet Ali y demostrar que este aparato proporcionaba, en el mismo tiempo, una cantidad de agua seis veces mayor que la saquieh tradicional, Mehmet Alí se negó a comprarlo, influido por sus allegados. Con lo que Belzoni se quedó sin recursos en un país extranjero.
Es cuando se acordó de que Burckhardt le había hablado, en cierta ocasión, de una cabeza colosal de Ramsés II que yacía delante del Ramesseum, conocido en aquella época como el Memnonium y la estatua como el Joven Memnon. Burckhardt quería llevarla a Inglaterra para regalarla al príncipe regente. Belzoni pensó que quizá podría ganar algo de dinero con aquella cabeza, así que se presentó, junto con Burckhardt, en casa de Salt, que era el cónsul general de Inglaterra en Egipto. Salt vió, en esta operación, la posibilidad de satisfacer los deseos de Bankes, un rico coleccionista miembro del consejo de administración del British Museum, que le había pedido antigüedades para sí mismo y para el propio museo.
De esta forma, Salt adelantó el dinero necesario para el viaje de Belzoni a Luxor, además de una cantidad destinada a la compra de todas las antigüedades que pudiera descubrir.
Con el firman que le autorizaba para reclutar a los obreros necesarios, Belzoni salió de Bulak, el puerto fluvial de El Cairo, a finales de junio y llegó a Tebas el 22 de julio de 1816. Se dirigió inmediatamente al Ramesseum e inició los preparativos para el traslado. Cuando vio la cabeza “Su belleza superó todas mis expectativas, mucho más que su tamaño”, según relató en Voyages en Égypte et en Nubie, libro escrito por él mismo. También era un excelente dibujante y sus acuarelas se convertían rápidamente en litografías que los editores vendían.
Apenas habían llevado material para el traslado, tuvo problemas con el cachef, el gobernador de la región, para que le proporcionara los ochenta obreros que necesitaba, pero al final, el 27 de julio llegaron algunos hombres. Ante la incredulidad de los fellahs de Gurna, consiguieron mover el coloso lo suficiente como para poder introducir por debajo unas andas construidas con tablones de madera; una vez el bloque estuvo apoyado en ellas, lo levantaron para meter debajo unos rodillos, también de madera, primero la parte delantera y después la trasera. Ataron la cabeza a la estructura y para desplazarla unos hombres tiraban de las cuerdas y otros cambiaban los rodillos de atrás hacia delante.
Esta imagen es una acuarela de Belzoni, publicada en 1823. Está en la Biblioteca Nacional de París. El coloso de Ramsés II se encuentra en la gran sala de egiptología del British Museum.
 

El traslado fue una tarea ardua. Se tardaban diez días en mover la estatua unos 1200 metros. Un poco antes de llegar al Nilo, surgió otro problema más: se quedó sin obreros para continuar el traslado. Tras algunas explicaciones y un regalo al cachef, consistente en “dos bellas pistolas inglesas”, dos días después, el 7 de agosto volvieron los obreros y el 12 de agosto llegaron a la orilla del Nilo.
Mientras esperaba la llegada de un barco de tamaño adecuado, visitó las tumbas del Valle de los Reyes, Nubia y Abu Simbel. La primera tumba que descubrió fue la KV23, la del faraón Ay. En Filae toma posesión de un pequeño obelisco. Abu Simbel se encontraba tapado por la arena, y se prometió entrar allí alguna vez. El barco que esperaba seguía sin llegar y tuvo que buscar otro. Entretanto siguió con sus exploraciones: excavó en Karnak, donde descubrió dieciocho estatuas con cabeza de león (de la diosa Sekhmet), una estatua real y algunas esfinges, que se llevará junto con el busto.
El 17 de noviembre de 1816, tres meses después de haber llegado a la orilla del Nilo, el busto de Ramsés se embarcó camino de El Cairo, Alejandría y, finalmente, Europa.
Abú Simbel había sido descubierto por Burckhardt en 1813. Cuando Belzoni llegó allí, en 1816, esto fue lo que vio: “La arena acumulada por el viento del lado norte, en la roca que corona el templo, fue cayendo poco a poco hacia la fachada y sepultó la puerta en sus tres cuartas partes. Cuando me acerqué a este templo, perdí de golpe la esperanza de poder despejar la entrada, pues los montones eran tan grandes que no veía la posibilidad de llegar nunca hasta la puerta”.
Esto es lo que vio, según una acuarela suya, publicada en 1820.
Así que volvió al año siguiente, 1817, en compañía de tres ingleses, decidido a entrar en el templo. Tardaron cuatro semanas en despejar la entrada y entrar. “A la primera ojeada nos quedamos asombrados ante la inmensidad del subterráneo; pero nuestra sorpresa fue enorme cuando nos vimos rodeados de magníficos objetos artísticos de todo género, de pinturas, de esculturas, de figuras colosales”.
Interior de Abu Simbel, acuarela suya, publicada en 1820.
El calor en el interior del templo era de 44º y, además, se quedaron sin víveres, por lo que tuvieron que abandonar Abu Simbel el 3 de agosto de 1817, llevándose como recuerdo, eso sí, dos leones con cabeza de halcón, de tamaño natural, una pequeña estatua sedente y unos fragmentos de cobre que procedían de las puertas.
Volvió al Valle de los Reyes, decepcionado por no haber hallado un gran tesoro en Abu Simbel y allí descubrió la KV17, la tumba de Seti I, el padre de Ramsés II, considerada como la “capilla Sixtina” egipcia. También encontró la KV25, la KV16 de Ramsés I, la KV25 con dos mujeres, la KV19 de Mentuherkhepshef, la KV30 y la KV31.
Volvió a Europa en 1819, a Padua, donde fue recibido con honores. Escribió varios libros, entre ellos "Narrative of the Operations and Recent Discoveries Within the Pyramids, Temples, Tombs and Excavations in Egypt and Nubia and of a Journey to the Coast of the Red Sea, in search of the ancient Berenice; and another to the Oasis of Jupiter Ammon", publicado en Londres en 1820 y “Description of the Egyptian Tomb, Discovered by G. Belzoni”, publicado también en Londres en 1821.
Belzoni no fue el único en llevarse los tesoros de Egipto fuera del país. El saqueo, el robo de las antigüedades a principios del siglo XIX fue, a nuestros ojos, un escándalo. Pero pensemos también que, durante esa época, desaparecieron numerosos templos, estatuas y bajorrelieves, utilizados para construir fábricas o para ser quemados en hornos de cal.

Así que, todo aquello que estos aventureros de principios del siglo XIX robaron, es también todo aquello que salvaron y que ahora podemos contemplar en museos o colecciones privadas.

Bibliografía:
Vercouttier, Jean. Egipto, tras las huellas de los faraones.
La wikipedia, mejor en italiano:
 
El libro de Belzoni Narrative of the Operations…” está accesible en el siguiente enlace:

Artículo revisado en fecha 30 de mayo de 2021. 

14 septiembre 2013

LEONOR DE AQUITANIA

Cuando miro atrás y contemplo mi larga y tempestuosa vida, me doy cuenta de que gran parte de lo que me ha sucedido –mis triunfos y casi todos mis infortunios- se debe a mis apasionadas relaciones con los hombres. Yo era una mujer que se consideraba igual que ellos –y en muchos aspectos, superior- pero parecía depender de ellos, al mismo tiempo que procuraba ser la parte dominante, actitud que no podía dar como resultado una existencia armoniosa”.
Así comienza el libro “Las Cortes del Amor” de Jean Plaidy (seudónimo de la escritora británica Victoria Holt) y que relata la vida de Leonor de Aquitania a modo de autobiografía, en primera persona.
Este párrafo introductorio podría ser un resumen perfecto de lo que fue su vida. Sin embargo, mucha gente se preguntará quién fue esta mujer. Quizá el nombre de Ricardo Corazón de León sea más conocido. Pues bien, Ricardo fue hijo de Leonor de Aquitania; fue, de hecho, el hijo favorito. 
Leonor de Aquitania (en francés Aliénor d'Aquitaine o Éléonor de Guyenne y en inglés Eleanor of Aquitaine) nació en Poitiers en el año 1122. Hay fuentes que dicen que nació en 1120 y otras que nació en 1124; en definitiva, nació a principios del siglo XII, en plena Edad Media europea. Una época convulsa, de constantes rivalidades por obtener territorios y donde la conspiración y las alianzas (generalmente mediante matrimonios entre herederos de cualquier edad) estaban a la orden del día. Fue reina de Francia y reina de Inglaterra, y tres de sus hijos fueron reyes: Ricardo Corazón de León, Juan Sin Tierra y Leonor (casada con Alfonso VIII de Castilla).
Pero para conocer a Leonor de Aquitania, más allá de fechas y hechos históricos, es necesario conocer el ambiente en el que nació y vivió hasta su primer matrimonio; y al que regresó cuando su segundo matrimonio se desmoronó. Aquitania era un inmenso ducado situado al suroeste de la actual Francia, a quien rendía vasallaje, lo que significaba que existía un vínculo de dependencia y fidelidad entre ambos territorios y que se traducía en el pago de tributos del vasallo al señor. Las tierras de Aquitania se extendían desde el río Loira hasta los Pirineos, comprendiendo los territorios de Poitou, La Marca, Auvernia, Périgord, Agenais y Gascuña.
El abuelo de Leonor, Guillermo IX de Aquitania, cuyo sobrenombre era El Trovador, era conocido por ser poeta, rey de trovadores, aventurero y libertino. En su corte predominaba la buena comida, el buen vino y la cultura. Se organizaban veladas en las que participaban acróbatas venidos de todas partes y juglares que cantaban las alabanzas del amor cortés, algo que estaba muy de moda en aquella época. Se hacían veladas de poesía, sobre todo caballeresca, relatando aventuras de uno y otro héroe. Todo este ambiente de cultura y cortesía influyó en la personalidad de la duquesa de Aquitania que, durante toda su vida, promovió las artes y la cultura allá donde vivió.
Quizás fuera debido también a que tuvo una educación más propia de un varón que de una mujer, teniendo en cuenta que hablamos del siglo XII. Su padre, Guillermo X, la instruyó en el arte de leer y escribir (en latín y en su lengua vernácula, el occitano, la “langue d’Oc”), la cetrería, la caza e, incluso, la estrategia militar. También se encargó de que Aquitania solo pudiera ser heredada por sus descendientes directos y que nunca pasase a manos del cónyuge, por lo que la heredera del ducado siempre tendría el poder de sus tierras.
Cuando tenía unos quince años, la casaron con Luis, el que sería el futuro rey Luis VII de Francia, que tenía un año más que ella. Luis no era el primogénito y estaba predestinado al clero, pero la muerte de su hermano lo llevó al trono. Parece ser que Luis VII fue muy devoto durante toda su vida, observando estrictamente los preceptos cristianos establecidos en la época. Todo lo contrario a Leonor que, acostumbrada a vivir un ambiente cortesano liberal, encontró la corte francesa fría y austera; un lugar aburrido y conservador donde no había trovadores ni poesía ni veladas distendidas. Sus intentos por llevar un poco de la cultura provenzal, de copiar el ambiente del que venía, fueron tachados de escandalosos. Llenó la corte con juglares, música, en un intento de proteger y ayudar a la poesía trovadoresca, tal como habían hecho su padre y su abuelo antes que ella.
Pero no solo se dedicó a celebrar veladas y a divertirse. También gobernó personalmente sus territorios; nunca los dejó en manos de sus esposos ni delegó el gobierno en asesores. Nunca se amedrentó a la hora de resolver asuntos políticos, económicos o militares. Era, lo que podría llamarse, una mujer de armas tomar.
El matrimonio con Luis VII nunca fue feliz. Tardaron ocho años en tener descendencia y fue una mujer la que nació, María, que se convertiría en condesa de Champaña. Las desavenencias se hicieron evidentes cuando Leonor apoyó a su hermana Petronila, que se casó con Raúl de Vermandois, primo del rey y ya casado, por lo que se consideraba bígamo. Surgieron conflictos diplomáticos entre Francia y el Vaticano, se produjo una revuelta y una tragedia: hombres de Leonor quemaron una iglesia con gente dentro. Para obtener el perdón de Dios y acallar la conciencia, Luis VII, aconsejado por Bernardo de Claraval, gestó la Segunda Cruzada.
Fue ésta una ocasión idónea, acompañar a su esposo en la Cruzada, que Leonor aprovecharía para reunirse de nuevo con su tío Raimundo de Poitiers, señor de Antioquía. El rey fue incapaz de evitar que Leonor viajar con él; primero, porque sin el apoyo de Aquitania fracasaría la cruzada y segundo porque, a pesar de todo y al parecer, Luis amaba a su mujer y no era capaz de negarle nada. Como tampoco pudo oponerse a que fuera ella quien comandara la expedición y quien decidiera la ruta a seguir.
Una vez en Antioquía, la relación con Raimundo de Poitiers pudo exceder a lo puramente familiar. O al menos, la relación entre ellos fue muy estrecha; siempre estaban juntos, lo que desató los rumores. Esta infidelidad no está confirmada, aunque es cierto que siempre, incluso cuando Leonor era una niña, habían mantenido una relación muy íntima.
Para sacarla de los brazos de su amante, Luis VII secuestró a Leonor y la obligó a volver con él a Francia. De paso por los Estados Vaticanos, el papa Eugenio III hizo de intermediario para una reconciliación, de la que nació la segunda hija, Alix, pero que no fue suficiente para que, primero Leonor y después Luis, pidieran la anulación del matrimonio; anulación que les fue concedida alegando consanguinidad… de cuarto grado.
Su segundo matrimonio no podía quedarse atrás, pues se casó con Enrique Plantagenet, el futuro rey Enrique II de Inglaterra, que era once años menor que ella; Enrique tenía dieciocho y Leonor veintinueve. Teniendo en cuenta que la esperanza de vida en el siglo XII era de unos cuarenta años, ella era prácticamente una anciana.
Enrique era todo lo contrario a Luis. Impetuoso, dominante, fogoso. Tuvieron ocho hijos, entre los que destacan Ricardo, Leonor y Juan. Ricardo por ser el “Corazón de León”. Leonor por casarse con el rey Alfonso VIII de Castilla y hacer que ese nombre pasara a ser común entre la realeza castellana. Y Juan por ser un “Sin Tierra”, apodo que le viene por haber sido el que menos tierras heredó de su padre en el reparto que Enrique II tuvo que hacer en vida forzado por sus propios hijos.
Más o menos en la época en la que nació Juan, el pequeño, cuando Leonor tenía cuarenta y cinco años, ésta descubrió que su marido le era infiel con Rosamunda de Clifford. Y que no era una relación casual, sino que era la amante oficial con la que había tenido dos hijos. Es entonces cuando decidió trasladarse de nuevo a su hogar, a Aquitania, en concreto a Poitiers, llevándose consigo a todos sus hijos, excepto al mayor fallecido en la infancia y a Matilde, recién casada. Su hija María de Champaña también se trasladó a vivir con ella.
Fue en esa época cuando Leonor volvió a recrear la corte que conoció cuando niña. Ejerció una gran influencia sobre la literatura de la época como mecenas y protectora de trovadores. Músicos, poetas e intelectuales, como Chrétien de Troyes o André Le Chapelain (autor del tratado sobre amor cortés más famoso) empezaron a llenar la corte de Poitiers. Incluso Ricardo cultivó la poesía. También hubo mujeres en la corte que cultivaron las letras, entre las que se incluye su hija María de Champaña y María de Francia, primera poetisa en lengua francesa.
La corte de Leonor pudo ser un espacio principalmente femenino, bajo la autoridad de Leonor de Aquitania y de María. El amor cortés floreció en esta corte de autoridad femenina, donde predominaba la actividad poética, la lírica caballeresca, la libertad de expresión femenina, el respeto, la ausencia de violencia y el ritual del cortejo con palabras, alejándose de la visión patriarcal en la que prevalece el dominio de la fuerza.
Estando en Poitiers, apoya a sus hijos Enrique, Godofredo y Ricardo, en una rebelión contra su padre, que fracasó, lo que llevó a Enrique II a encerrarla, primero en Chinon y después en Salisbury, durante dieciséis años; encierro del que salió a la muerte de Enrique. Durante su encarcelamiento murieron sus hijos Enrique (el heredero al trono), Matilde y Godofredo, siendo entonces el sucesor al trono de Inglaterra su hijo preferido, Ricardo.
Cuando Ricardo ocupó el trono, Leonor de Aquitania se convirtió en regente del llamado imperio angevino, formado a partir de su matrimonio con Enrique II y que se extendía desde Escocia hasta Pirineos, durante los largos períodos en los que Ricardo estuvo fuera del país. Cuando volvió definitivamente de la Tercera Cruzada, Leonor se retiró a la Abadía de Fontevrault, donde residió hasta su muerte.
No cabe duda de que Ricardo fue el hijo predilecto de Leonor. Creció junto a su madre en una corte rodeada de poetas, de trovadores que cantaban al amor y los placeres, de nobles y damas apasionados por la moda del amor cortés. Ambos eran entusiastas de la cultura provenzal, compartían los mismos gustos en cuanto a comida, poesía y hombres. Está documentado que Ricardo Corazón de León tenía preferencia por los hombres, lo que no le imposibilitó en algún momento relacionarse con mujeres e incluso engendrar un hijo bastardo.
Esta predilección por Ricardo no impidió, sin embargo, que a la muerte de éste, Leonor saliera de su retiro para apoyar a su hijo Juan como rey de Inglaterra en detrimento de su nieto Arturo de Bretaña, hijo póstumo de Godofredo al que no conocía.
Su última gestión como mujer poderosa e influyente que fue, la realizó con ochenta años. Viajó a Castilla para escoger, de entre sus nietas, a la esposa del futuro rey de Francia. La elegida fue Blanca, hija de Leonor y de Alfonso VIII de Castilla. El esposo era Luis VIII, hijo de Felipe Augusto, habido del segundo matrimonio de Luis VII, el que fuera el primer esposo de Leonor.
Murió con ochenta y dos años de edad en la Abadía de Fontevrault y fue sepultada allí mismo junto a su esposo Enrique y su hijo Ricardo que es quien ocupa el puesto de honor junto a su madre.
No hay que hacer caso del estereotipo erótico que circuló a finales de la Edad Media en los que se decía que Leonor era la esencia de la lujuria y de la belleza hechicera. Estereotipo repetido a lo largo de la historia cuando una mujer destacaba por encima de los hombres.
Leonor de Aquitania fue una mujer con un poder enorme que utilizó para adquirir y mantener la independencia cultural y ser inspiradora de la renovación cultural del siglo XII. Fue reina dos veces y madre de tres reyes. Siempre buscó la forma de vivir la vida que quería y no la que le imponían.

Cronología:
1122: Leonor de Aquitania nace en Poitiers, hija primogénita de Guillermo X y de Aenor de Châtellerault.
1130: A la muerte de su hermano Guillermo, se convierte en heredera del ducado de Aquitania.
1137, 9 de abril: Muere Guillermo X, pasando Leonor a ser la nueva duquesa de Aquitania.
1137, 4 de julio: Contrae matrimonio con el heredero al trono de Francia, el futuro Luis VII.
1137: Luis VII sube al trono y con él Leonor.
1145: Nace María, futura condesa de Champaña.
1147: Luis VII y Leonor de Aquitania parten para la Segunda Cruzada, promovida por Bernardo de Claraval.
1148-49: Se relaciona íntimamente a Leonor de Aquitania con su tío Raimundo de Poitiers, romance que tendría lugar en Antioquía, ciudad de la que Raimundo era el Señor.
1151: Nace Alix, segunda hija del matrimonio y futura condesa de Blois.
1152, 21 de marzo: Luis VII y Leonor de Aquitania consiguen la anulación del matrimonio, basándose en la consanguinidad de los cónyuges.
1152, 18 de mayo: Se casa con el heredero al trono inglés, el futuro Enrique II.
1153-1166: Nacen los ocho hijos del matrimonio:
- Guillermo 1153-1156, conde de Poitiers, falleció siendo un niño.
- Enrique 1155-1183, duque de Normandía y conde de Anjou.
- Matilde 1156-1189, casada con Enrique el León, duque de Baviera, Sajonia y Brunswick.
- Ricardo 1157-1199, conocido como Ricardo Corazón de León, sucesor de Enrique II e hijo predilecto de Leonor de Aquitania.
- Godofredo 1158-1186, conde de Anjou y duque de Bretaña por su matrimonio.
- Leonor 1162-1214, casada don Alfonso VIII, rey de Castilla.
- Juana 1165-1199, casada primero con Guillermo II  El Bueno, rey de Sicilia, y luego con Raimundo VI, conde de Tolosa.
- Juan 1166-1216, sucesor de Ricardo Corazón de León, conocido como Juan Sin Tierra.
1165-1166: Leonor se entera de la infidelidad de su esposo con Rosamunda de Clifford y se traslada de nuevo a la corte de Aquitania, a Poitiers, junto a sus hijos.
1173: Leonor ayudó en la rebelión de tres de sus hijos (Enrique, Ricardo y Godofredo) contra su padre, el rey Enrique II.
1173-1189: Arresto de Leonor de Aquitania, acusada de conspiración, en Chinon y en Salisbury.
1189: Muerte de Enrique II y coronación de Ricardo como rey de Inglaterra.
1189-1194: Leonor ocupa la regencia durante el tiempo que Ricardo Corazón de León participó en la Tercera Cruzada.
1194: Tras la vuelta de Ricardo de la Tercera Cruzada, Leonor se retiró a la Abadía de Fontevrault.
1199: A la muerte de Ricardo Corazón de León, Leonor ayudó a su hijo Juan Sin Tierra a ocupar el trono de Inglaterra frente al otro pretendiente, Arturo de Bretaña.
1200: viaja a Castilla y escoge a su nieta Blanca  como esposa del futuro rey de Francia Luis VIII.
1204, 1 de abril (o 31 de marzo, depende de las fuentes): muere en la Abadía de Fontevrault, donde fue sepultada junto a su esposo Enrique y su hijo Ricardo.
Bibliografía:
“Ricardo Corazón de León, el rey caballero”, de Cristina Segura, publicado en la revista Historia de National Geographic, nº 10.
“Ricardo Corazón de León”, de José Luis Corral, publicado en la revista Historia de National Geographic, nº 82.
Lecturas recomendadas: “Las cortes del Amor” de Jean Plaidy, seudónimo de Victoria Holt.
 
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