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09 enero 2021

CARTUJA DE VALL DE CHRIST, ALTURA (CASTELLÓN)

Por Carmen Lacasa Esteban.
(Primera publicación: 10 de noviembre de 2013. Revisado: 9 de enero de 2021).

Situada a un kilómetro de la villa de Altura, en Castellón, la Cartuja de Vall de Christ aparece como lo que es: un monumento histórico, declarado Bien de Interés Cultural (abreviadamente, BIC) en la categoría de monumento, tanto el propio edificio como el entorno que lo rodea. Un monumento del que apenas se reconocen algunas estructuras, reconstruidas y conservadas según van llegando las subvenciones administrativas.
Para visitarla, es necesario concertar una visita previa. En los meses de verano (julio, agosto) se organizan en sus dependencias algunas actividades culturales (conciertos, teatros infantiles, conferencias, visitas guiadas, etc.) y se puede aprovechar para hacer un recorrido por todo el ámbito del monumento, eminentemente descuidado y a la espera de una mayor atención.
En agosto de 2020  se presentó el Plan Director de la Cartuja de Vall de Crist, que incluye todas las actuaciones necesarias para poner en valor este monumento. 

 
Si sigues leyendo esto, al final verás un vídeo a vista de drone que me han permitido compartir. 

Pero, ¿qué es una Cartuja?
Una cartuja es un tipo de monasterio que nació en el Medioevo europeo, a partir de la fundación en el año 1004 de la Orden Cartuja por San Bruno, orden que se desarrolló con más fuerza en los siglos XIV y XV. La cartuja como institución aúna la vida ermitaña con la cenobítica en un mismo ámbito, lo que implica la construcción de diferentes espacios para la realización de todas estas actividades.
Para entender la estructura arquitectónica de la Cartuja de Vall de Christ, es necesario conocer un poco la mentalidad que rodea a la orden cartuja y a los cartujos.  
En primer lugar, hay que señalar que el fin de un cartujo es la contemplación: la vida monástica pura y continua; la búsqueda de Dios en la soledad. Existen dos clases de monjes cartujos: los padres cartujos y los hermanos cartujos. Los padres cartujos reciben la orden sacerdotal y dedican catorce horas a la oración y el estudio, seis de ellas en la iglesia y ocho en la celda; por lo tanto, su ámbito vital se reduce a su celda y al entorno de la cartuja, sin conocer nada más. Los hermanos cartujos no se ordenan; dedican siete horas diarias a los trabajos u oficios manuales; están dispensados de hacer algunos oficios religiosos, aunque deben hacer un retiro en su celda anualmente. Los hermanos cartujos son los que están en contacto con el mundo exterior, ya que son los encargados de las actividades “mundanas” de la cartuja. A la contemplación se llega por medio del silencio, por lo que la palabra se utiliza solamente en el canto o en lo estrictamente necesario para llevar a cabo las tareas cotidianas. Los domingos tienen un “recreo” en el que pueden hablar durante una hora u hora y media; y los lunes, un paseo de tres horas fuera del monasterio durante el que también pueden hablar.
Martín I de Aragón, conocido como Martín el Humano
Hablar de la fundación de la Cartuja de Vall de Christ requiere, también, hablar del rey Martín I de Aragón.
Don Martín era el segundo hijo de Pedro IV de Aragón y Leonor de Sicilia. Nació en el año 1356 en Girona o Perpiñán. En su niñez se relacionó con Bernardo Cafabrega, un joven noble al servicio del rey y que se ordenó cartujo cuando Martín I tenía catorce años de edad. Este hecho fue fundamental en la fundación de la Cartuja de Vall de Christ, ya que Bernardo Cafabrega fue, durante toda su vida, el hombre de confianza de Martín I.
Tras el matrimonio con María de Luna en junio de 1372 en Barcelona, Martín I pasó a ser Conde de Luna y Señor de Segorbe, gracias a la dote que le aportó su esposa. Pedro IV lo nombró también Conde de Jérica. En 1380, con veinticuatro años, fue nombrado por su padre Vicario General del Reino de Sicilia, residiendo en los diferentes palacios que poseía en Montblanc (Tarragona), Valencia, Jérica y Segorbe (ambas localidades en Castellón).
Según parece ser, a principios de 1383, Martín I tuvo un sueño apocalíptico que lo decidió, definitivamente, a fundar una cartuja, idea que llevaba en mente desde hacía tiempo, influenciado por Bernardo Cafabrega, y que había retrasado por motivos económicos.
Al ser el segundo hijo, no destinado a gobernar, consiguió que su padre figurara como fundador y que la categoría de la fundación fuera “real”, constando oficialmente la fecha de fundación de la Cartuja de Vall de Christ el 7 de enero de 1386. A la muerte de Pedro IV, el 5 de enero de 1387, el rey Juan de Aragón confirmó todas las donaciones realizadas e incluyó otras nuevas, que se encuentran recogidas en un códice firmado por Jaume I.
Martín I se convirtió en heredero al trono el 13 de mayo de 1395 al morir su hermano, mientras se encontraba pacificando la isla de Sicilia y tomó posesión de la Corona y Reinos de Aragón el 13 de abril de 1397.
A partir de este momento, el rey Martín I culmina su gran obra espiritual y, por ende, arquitectónica: la Cartuja de Vall de Christ.
La Cartuja se transformó, por el favor real, en un importante núcleo de poder económico, cultural, religioso y político cuya relevancia quedó patente en siglos sucesivos hasta su exclaustración definitiva en julio de 1835, fecha en la que se produjo la orden de expulsión del recinto basándose en el Decreto de Suspensión de Órdenes Religiosas y Monacales, conocido comúnmente como la Desamortización de Mendizábal. El 9 de noviembre de 1844 se subastaron y fraccionaron en manos privadas los bienes de la Cartuja de Vall de Christ.
La arquitectura de la Cartuja de Vall de Christ
La Cartuja de Vall de Christ fue la quinta fundación de la orden de los cartujos en la península y la segunda valenciana, tras la más conocida Cartuja de Porta Coeli (1272). En su construcción se pueden diferenciar cinco fases principalmente:
-      Fase 1: Edificios anteriores a la fundación (año 1395)
-      Fase 2: Edificios que se construyeron en época fundacional (1395-1400)
-      Fase 3: Edificios que se construyeron tras la coronación de Martín I (1400-1450)
-      Fase 4: Edificios construidos o transformados en el siglo XVII
-      Fase 5: Edificios posteriores al siglo XVII
De los edificios de la Fase 1 sabemos que el rey Martín I (siendo infante) compró tres pequeñas masías en el Valle de la Cánava. Sabemos que una de las masías tenía bodega y almazara (producción de aceite) y que una de ella sirvió durante toda la existencia de la cartuja para los usos de conrería (también llamado Procura, edificio que albergaba los servicios administrativos del convento) y horno. Estas masías fueron reparadas para el acomodo de los seis primeros monjes mientras se edificaban los primeros edificios de la Cartuja.
De estos edificios apenas queda un resto de muro de unos 90 cm de altura que se puede ver delante de la iglesia de San Martín.
En la Fase 2 se construyeron algunos de los elementos más importantes:
Claustro primitivo: constaba de seis celdas con sus huertos, tal y como manda la orden Cartujana, para uso de los monjes. Junto a este claustro el rey Martín I hizo construir una celda para él y otra para su esposa, comunicadas con la iglesia de San Martín por un pasadizo. En el centro de este claustro existía un cementerio.
Se localizaba a la derecha de la iglesia de San Martín, pero no queda rastro alguno que confirme su emplazamiento.
Iglesia de San Martín y subterráneo de la misma: Iglesia construida según las características del gótico valenciano, un estilo sobrio, sin contrafuertes y con muros de gran grosor. Las arcadas que soportaban las bóvedas son apuntadas, con cuatro óculos para iluminación. Tanto la puerta de acceso como las demás se realizaron con arcos de medio punto. En la fachada, sobre la puerta de acceso, hay un óculo de mayor tamaño. Debajo de esta iglesia se construyó un subterráneo que recibía luz a través de cuatro tragaluces; las arcadas principales que soportan la bóveda son torales y las de crucería apuntadas, aunque los arcos son más rebajados que en la iglesia. Se utilizó como bodega, aunque puede que inicialmente su uso fuera más noble.
Se conserva el edificio y el subterráneo en la actualidad, ya que la cubierta fue reconstruida para evitar más daños.
 
Iglesia de San Martín. Fuente: Carmen Lacasa
Subterráneo de la Iglesia de San Martín. Fuente: Carmen Lacasa
En la Fase 3, con Martín I rey de la Corona de Aragón, se edificaron los elementos más importantes de la Cartuja:
Claustro Mayor: Se trataba de uno de los claustros más grandes de la época. Este claustro tenía una doble arcada en todo su perímetro; una arcada interior, mejor trabajada y más primitiva de 160 arcos; y una arcada exterior de 80 arcos de doble anchura que las interiores. El paso porticado que soportaban estaba solucionado por una bóveda de crucería apoyada sobre arcos apuntados. El suelo era de losas blancas y azules. En el centro había una cruz gótica con gradas. Alrededor del claustro estaban las 24 celdas para los cartujos, todas ellas con su huerto particular. Cada celda constaba de dos plantas: en la primera estaba la sala de comedor y cocina; en la segunda, el dormitorio y el lugar de estudio y meditación del cartujo.
De este claustro, tan solo queda el trazado en planta, que se intuye; alguna base de las columnas que soportaban las arcadas; y restos de las celdas, donde se pueden apreciar las dos plantas y algo del trazado inicial.
Claustro Mayor. Fuente: Carmen Lacasa
Iglesia Mayor o de Santa María de los Ángeles: Situada a la izquierda de la iglesia de San Martín, su construcción original era de estilo gótico. Arcadas de crucería para sostener la bóveda; ventanas ojivales con vidrieras entre los vanos de cada una de las arcadas; pequeño pórtico de entrada de tres arcos; óculo con vidrieras en sobre la puerta de entrada, en la fachada principal.
De esta iglesia se conservan en pie los muros perimetrales, muy deteriorados, algunos arranques de los arcos y las escaleras que llevaban al altar. Se realizó en el año 2013 una obra de consolidación de estos muros consistente en el refuerzo superior de los mismos con hormigón coloreado para evitar el desmoronamiento. Más tarde, se realizaron las obras de cubrición de esta iglesia, al igual que se hizo ya con la iglesia de San Martín. Siguen proyectos en marcha, entre otros la colocación del solado, que estarán comprendidos dentro del Plan Director de La Cartuja de Vall de Crist. 
 
Iglesia Mayor (antes de la cubrición). Fuente: Carmen Lacasa
Destacó el Retablo de Nuestra Señora de los Ángeles y de la Eucaristía, pintado por Joan Reixach (hacia 1454). Se trata de un retablo de 538x362 cm y 45x350 cm de predela, realizado con pintura al temple sobre madera. La tabla central presenta una Santa Cena flanqueada por San Miguel Arcángel a izquierda y San Juan Bautista a derecha. En el cuerpo superior del retablo aparece Nuestra Señora de los Ángeles, entronizada con el niño en brazos y tomando una manzana que le ofrece Santa Úrsula. Este retablo presidió la Iglesia Mayor de la Cartuja de Vall de Christ hasta el Siglo XVII. El retablo se conserva prácticamente completo en el Museo Catedralicio de Segorbe (Castellón). La predela estaba formada por nueve escenas de la Pasión de Cristo, de las cuales se conservan ocho en el Museo de Bellas Artes de Valencia y una en la colección Johnson del Philadelphia Museum of Art.
Capítulo: Se trataba del edificio donde se celebraban los capítulos generales de la orden y situado al fondo del Claustro de la Cisterna o de San Jerónimo.
Refectorio: El comedor se encontraba aislado y tenía un púlpito par las lecturas que se hacían durante las comidas. Comidas de los hermanos cartujos, ya que los padres cartujos comían en sus celdas. Se puede intuir, por los restos que quedan, la planta de distribución de este espacio, incluso el arranque de la escalera del púlpito.
Capillas y otros edificios: Se edificaron otros edificios como capillas en torno al claustro de San Jerónimo (dedicadas a diferentes santos); un paso porticado que unía la iglesia Mayor con el claustro Mayor; o un paso porticado entre el claustro Mayor y la celda Prioral.
Durante el siglo XVII, en lo que he denominado Fase 4, los edificios sufrieron una serie de transformaciones, siendo la principal la conversión de la iglesia Mayor al estilo barroco. Se realizaron molduras, cornisas y ornamentos acorde al gusto de la época, de los que pueden apreciarse algunos restos en los muros; incluso una pequeña pintura en tonos rojizos en la parte superior, por el interior, de la fachada principal. Se sustituyeron las bóvedas de crucería por bóvedas de cañón, modificando los huecos originales de las ventanas. También se construyó un cimborrio.
Remodelación barroca de la Iglesia Mayor (antes de la cubrición). Fuente: Carmen Lacasa
Para la nueva iglesia se hizo un nuevo retablo, el Retablo Mayor de la Iglesia Mayor de la Cartuja, realizado hacia 1636 por el maestro aragonés Miguel Orliens. Se encuentra bastante bien conservado en la Iglesia de San Miguel en Altura (Castellón). Conforman este retablo dos de sus tres cuerpos, estructurado a base de columnas entorchadas y entablamentos clasicistas. Falta completamente el tercer cuerpo con el grupo del Calvario y las imágenes de los Santos Vicente Mártir y Ferrer y las del Angel Custodio, San Miguel y Dios Padre del remate, así como las pinturas de los tres Misterios Gozosos.
Fue en este momento cuando se construyó el Claustro de la Cisterna, situado entre la iglesia Mayor y el refectorio, en el centro del cual se ubica un pozo. El pozo que puede verse en el recinto de la Cartuja es una copia. El original se encuentra se encuentra en la villa de Altura, en un pequeño parque junto a lo que era la antigua muralla de la villa. El solado, realizado con piedras de la zona formando un mosaico, es original.
 
Claustro de San Jerónimo o de la Cisterna. Fuente: Carmen Lacasa
En 1644 se construyó la muralla del convento, que aún se conserva, a base de mampostería tomada con mortero de cal y rematada por un vierteaguas formado por ladrillo macizo cerámico y teja árabe. También se edificaron la enfermería, la botica y la celda prioral.
Es un edificio de la Fase 5 el único que se conserva en pie. Se trata de un edificio a la entrada del convento, construido a finales del siglo XVII y principios del XVIII. Fue un edificio multiusos: herrería, carpintería, almacén de carbón y de la cosecha de la seda, conservación de frutos y administración. También se usó como hospedería o albergue. Contenía una capilla.
Fuera de la Cartuja de Vall de Christ, existe un elemento del que apenas queda un pequeño resto: se trata del puente que cruzaba la rambla y que unía la Cartuja con el camino por el que recibían alimentos o enseres que no producían ellos mismos. Se puede apreciar que queda uno de los arcos y el inicio del siguiente.
Puente de la Cartuja. Fuente: Carmen Lacasa
Algo curioso que no he mencionado, es que los cartujos no comían carne; solo pescado. Y al parecer tenían, dentro de las dependencias, un gran “acuario” del que se proveían.
Piscina para producción de peces. Fuente: Carmen Lacasa
En el mundo de las artes, Vall de Christ acogió lo más selecto en la producción plástica del momento e impulsó obras arquitectónicas tan singulares como su Iglesia Mayor y su claustro gótico, cuyas dimensiones y armonía lo convertían en obra única.
En el ámbito político, social y religioso la influencia de Vall de Christ se plasmó en su destacado papel para la resolución del Compromiso de Caspe y el cisma de Occidente, cuando se estableció aquí el Capítulo General de la Orden y, posteriormente, la Casa Capitular y Sede del Definitorio de la independiente Congregación Nacional de Cartujas de España.

Video a vista de drone 
Os comparto un vídeo realizado por un amigo y publicado en su canal de YouTube, donde podéis seguirlo: Fran VOK 
Este es el enlace al vídeo de la Cartuja: 




Bibliografía:
Portal de patrimonio cultural de la Generalitat Valenciana:
Página oficial de la Asociación Cartuja de Vall de Christ: http://www.valldecrist.org/
Ayuntamiento de la Villa de Altura: http://www.altura.es/es/content/cartuja-vall-crist
Resumen histórico-constructivo de los edificios que constituían el conjunto monástico de la Cartuja de Vall de Christ, Ayuntamiento de Altura.
Cartuja de Vall de Christ, trípticos, Ayuntamiento de Altura.
Más información sobre el tema:
Sobre la Cartuja de Vall de Christ y dónde se encuentran ahora cada una de las partes en las que fue dividida:
 

09 mayo 2020

EL JARDÍN DE LAS HESPÉRIDES

Por Carmen Lacasa Esteban. 

A través de las olas del mar profundo llegaron a la hermosa isla de los dioses, allí donde las Hespérides tienen su casa de oro.

Esta frase[1], escrita en la puerta del Jardín de las Hespérides de Valencia, es la entrada a un espacio insólito que ofrece al visitante contradictorias sensaciones. Un jardín que tuve oportunidad de recorrer con ocasión de la Semana de la Arquitectura organizada por el Colegio Oficial de Arquitectos de la Comunidad Valenciana en una visita guiada por los autores del proyecto: María Teresa Santamaría, ingeniera técnica agrícola; Antonio Gallud, Miguel del Rey y Carlos Campos, arquitectos.

Imagen aérea del conjunto

Si uno se acerca a este jardín sin conocer qué significado tiene cada uno de los elementos que lo componen seguramente lo encontrará pequeño, escondido, tal vez alejado o descuidado. Porque este jardín es uno de esos lugares que tienen las ciudades que, por ubicación, diseño, uso (tal vez poco uso), se convierten en espacios habitados por aquellos que no tienen donde habitar. Espacios recogidos, ocultos a las miradas, que ofrecen refugio en momentos de desamparo.

Y eso es precisamente lo que se busca: presentar el Jardín de las Hespérides como un “hortus conclusus”[2], cuyo cerramiento se abre puntual y sugerentemente, invitando al transeúnte a entrar en un mundo diferente como es el del jardín. Un espacio que se concibió como refugio contemplativo y tranquilo; un jardín para disfrutarlo solo con los sentidos; un lugar pensado para emocionar.

Imagen 1. Rampa junto a la entrada

El mito del Jardín de las Hespérides

Según la mitología griega, la diosa Hera poseía un bello jardín en un lejano rincón de occidente. En este jardín, un huerto, se cultivaba un árbol con manzanas de oro; al parecer, estos frutos proporcionaban la inmortalidad. Este árbol fue un regalo de bodas de Gea, la diosa Tierra, a Hera, que los plantó en su jardín y encargó a tres ninfas de occidente, hijas del titán Atlas[3], su cuidado. Sus nombres eran Hesperetusta, Egle y Eritia, conocidas como las hespérides.

El jardín se convirtió en algo muy apreciado por Hera. Tanto, que empezó a desconfiar de los cuidados de las hespérides, porque desperdiciaban las manzanas, y envió a Ladón, un dragón de cien cabezas que jamás dormía, para custodiar su jardín.

Imagen 2. El jardín de las Hespérides, de Edward Burne-Jones.

Hera nunca tuvo aprecio por Heracles[4], el hijo de su esposo Zeus con Alcmena. Maquinaba continuamente contra él, incluso le provocó un ataque de locura, durante el cual Heracles mató a su mujer, sus hijos y dos de sus sobrinos. Al recuperar la cordura y darse cuenta de lo que había hecho, se aisló del mundo hasta que su hermano lo convenció para visitar el oráculo de Delfos. Allí, la sibila le dijo que para expiar sus acciones debería realizar doce trabajos, por encargo de Euristeo[5], que lo harían inmortal. Uno de esos trabajos fue robar las manzanas del Jardín de las Hespérides.

Heracles se encontró con Atlas, que le dijo que sabía dónde estaban las manzanas y que se las traería a cambio de sostener los cielos mientras tanto. Heracles aceptó y el titán llegó hasta el jardín y mató a Ladón, llevándose las manzanas.

El dragón fue transportado al cielo, convirtiéndose en la constelación de la serpiente. Las hespérides, desesperadas por haber perdido las manzanas cuya custodia tenían confiadas, se transformaron en árboles: olmo, sauce y álamo.

Como no quería seguir cargando los cielos, dijo que él mismo llevaría las manzanas a Euristeo; pero Heracles lo engañó, pidiéndole que sujetase el cielo un momento mientras se ponía la capa sobre los hombros. En cuanto Atlas volvió a su condena, Heracles tomó las manzanas y se marchó. Aunque no fuera él personalmente quien las recogió, sí que fue el único que consiguió robarlas. Más tarde, la diosa Atenea las devolvió al jardín de las Hespérides.

El diseño del jardín

El jardín está situado junto a otros dos grandes espacios verdes de la ciudad, el Jardín Botánico y el Jardín del Turia, que tal vez empequeñecen aún más su dimensión y calidad paisajística.


Imagen 3. Plano de situación del Jardín de las Hespérides.

La planta es prácticamente cuadrada, organizada en varios espacios claramente diferenciados por su diseño y acabados. 

Imagen 4. Planta del Jardín de las Hespérides.

La rampa de entrada nos adentra a un espacio abierto, desde el cual el espectador tiene la visión completa del jardín. Esta explanada está dividida por muros vegetales paralelos, entre los que se ubican los elementos mitológicos: el árbol de los frutos de oro, ninfas metamorfoseándose en árbol, héroe y dragón metamorfoseado en serpiente.

Imagen 5. Explanada con algunos elementos mitológicos.

Imagen 6. Árbol de los frutos de oro.

Imagen 7. Heracles con los frutos de oro.

En el lado oeste se ubican tres terrazas longitudinales decrecientes en altura, acompañadas por recorridos de agua, y en las cuales está la colección de cítricos, un género de la tradición jardinera y agrícola valenciana.

Imagen 8. Terraza con cultivo de cítricos.

Se encuentran aquí algunas especies que estuvieron en la desaparecida colección que un día tuvo el Jardín Botánico: citrus limon variegatum, citrus multiformis y citrus bergamota, entre otras.

Imagen 9. Terraza con cultivo de cítricos.

Esta colección está representada por los ocho grupos agronómicos que componen el género citrus: cidro, limonero, limero, mandarino, naranjo amargo, naranjo dulce, pomelo y pummelo, en 50 variedades diferentes reunidas para el jardín de las Hespérides, y están cultivadas en forma de árbol, maceta o en espaldera, técnicas diferentes que los “lligadors d’horts” o jardineros valencianos, tan apreciados en tiempos de Alfonso el Magnánimo, manejaban con verdadera destreza y que hoy son prácticamente desconocidas.

Imagen 10. Cultivos en macetas.

La presencia del agua, que fluye de una fuente oculta y que discurre por acequias que recorren las terrazas, es otro de los componentes fundamentales del jardín. Mana de una fuente ubicada en el punto más alto del jardín y circula entre los cítricos.

Imagen 11. Agua fluyendo entre las terrazas.

Al llegar a la explanada se oculta, pero vuelve a emerger: en el estanque donde las ninfas se reflejan metamorfoseadas en árboles y en el estanque rodeado de muros y cipreses donde se asoma Venus, la protectora de los jardines.

Imagen 12. Estanque entre cipreses.

En el sur del jardín, más cercano al Jardín Botánico, se ubica otro acceso, que está acompañado en su recorrido por una pérgola.

Imagen 13. Pérgola.

Por su modesta dimensión y su singular ubicación, este jardín concentra todos los elementos de manera precisa, incorporando una gran cantidad de aspectos de la cultura jardinera valenciana.

Dicen que las imágenes son más valiosas que las palabras, así que aquí tenéis un vídeo del Jardín de las Hespérides. 


https://www.youtube.com/watch?v=FCxNiykTsZs&feature=emb_logo 

 

Más información:

El mítico jardín de las Hespérides, https://sobregrecia.com/2009/07/14/el-mitico-jardin-de-las-hesperides/

Hespérides, https://es.wikipedia.org/wiki/Hesp%C3%A9rides

Los doce trabajos de Heracles, https://es.wikipedia.org/wiki/Los_doce_trabajos_de_Heracles

El Jardín de las Hespérides de Valencia, http://jardins.valencia.es/es/jardin/jardin-de-las-hesperides

Jardín de las Hespérides, Valencia, https://www.via-arquitectura.net/09/09-040.htm

Jardín de las Hespérides, https://www.valencia.es/ayuntamiento/urbanismo.nsf/vDocumentosTituloAux/EE69968F6258679CC12572A50048D457?OpenDocument&bdOrigen=ayuntamiento%2Furbanismo.nsf&idapoyo=&lang=1&nivel=15

El Jardín de las Hespérides. Un jardín de colección, Tríptico publicado por el Ayuntamiento de Valencia.

Imágenes:

Imagen aérea del conjunto: https://www.via-arquitectura.net/09/09-040.htm

Imagen 1, imágenes 5 a 13: Fuente propia ©Carmen Lacasa Esteban

Imagen 2: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Edward_Burne-Jones_-_The_Garden_of_the_Hesperides,_1869-1873.jpg

Imagen 3: El Jardín de las Hespérides. Un jardín de colección, Tríptico publicado por el Ayuntamiento de Valencia.

Imagen 4. Planta: https://www.valencia.es/ayuntamiento/urbanismo.nsf/vDocumentosTituloAux/EE69968F6258679CC12572A50048D457?OpenDocument&bdOrigen=ayuntamiento%2Furbanismo.nsf&idapoyo=&lang=1&nivel=15

Notas:

[1] Fragmento de la obra Gerioneida, de Estesícoro (poeta griego, 630 – 550 a.C.) fragmento S8.

[2] Hortus conclusus: significa jardín cerrado y fue una tipología característica de la Edad Media, asociada a monasterios y conventos. Podía estar cerrado por un cercado vegetal o arquitectónico y era fundamentalmente huerto para el cultivo de plantas aromáticas y medicinales. Fuente: https://canal.uned.es/video/5ac4b8bfb1111f365c8b459b

[3] Atlas: titán de la mitología griega, condenado por Zeus a sostener el cielo. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Atlas_(mitolog%C3%ADa)  

[4] Heracles, llamado Hércules por los romanos.

[5] Euristeo: rey de Argólida, preferido de Hera para reinar sobre Micena, y que hizo que naciera unos meses antes que Heracles. El oráculo de Delfos ordenó a Heracles que se pusiera a su servicio durante doce años y que realizara los diez trabajos que le encargara el rey para llegar a ser inmortal. Al final fueron doce los trabajos que le encargó porque consideró que dos de ellos no los había realizado correctamente. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Euristeo


17 marzo 2020

ARQUITECTURA BIZANTINA

Por Carmen Lacasa Esteban. 
Tras la desaparición del Imperio Romano de Occidente en el año 476, Constantinopla (Bizancio) quedó como heredera de Roma. Mientras Europa vivía tiempos caóticos, con las invasiones de los pueblos bárbaros, Bizancio continuaba con una vida urbana floreciente y rica, ya que dominaba las grandes líneas comerciales que llegaban al mar Báltico desde el sur de Rusia, India y China. Esto hizo que se convirtiera en el centro financiero del momento y que su moneda (el besante[1]) fuera la más fuerte de toda la Edad Media.


Imagen 1. Constantinopla en 1422.

21 marzo 2019

DEL CAMINO A LA AVENIDA

Por Carmen Lacasa Esteban. 
Artículo redactado para el llibret 2019 de la Falla Maestro Rodrigo - General Avilés 

La primera mención documentada de Campanar data de 1242, cuando el rey Jaume I otorgó esta zona a Gaspar de Espalangas en reconocimiento a los méritos alcanzados en la guerra “contra el infiel”. Esto formaba parte de la campaña de reparto de tierras entre los vencedores contra los musulmanes que habían gobernado la ciudad hasta el año 1238.
El hecho de que no se hubiera documentado hasta ese momento el nombre de este distrito del Cap i Casal, no significa que no existiera ya desde hacía algunos siglos un asentamiento en la zona, con mayor o menor dispersión de población, que hacía que fuera notable.

Orígenes de Valencia
Más allá de la leyenda[1], Valencia fue fundada en el año 138 a.C. por el cónsul romano Décimo Junio Bruno. Su misión era la de ser una colonia destinada a proteger las zonas ocupadas por la expansión de la República Romana y servir de base para nuevas campañas de ocupación del mar Mediterráneo.
Valentia[2] se construyó en un terreno urbanísticamente virgen, en un islote fluvial del río. En un principio fue un espacio amurallado de unas 10 hectáreas, lo que podría considerarse una gran superficie con respecto a otras ciudades de la península, pero pequeña en comparación con el resto de colonias romanas.


Imagen 1. Fundación de Valencia, por Tito Livio.


10 julio 2016

THE SKY OVER NINE COLUMNS, la escultura de Heinz Mack llega a Valencia

Por Carmen Lacasa Esteban. 

La Ciutat de les Arts i les Ciències de Valencia acoge hasta el próximo 6 de noviembre de 2016 una espléndida instalación del artista alemán Heinz Mack.
 
Se trata de nueve columnas simétricas de siete metros y medio de altura cada una que están recubiertas por 850.000 teselas doradas y se sitúan sobre una plataforma colocada en el lago sur del Hemisfèric.
 
Esta instalación ya ha sido exhibida en ciudades como Venecia, durante la Bienal de Arquitectura de 2014, y en el jardín de las esculturas Sakip Sabanci del Museo de Estambul.
 
Se trata de un proyecto patrocinado por la fundación Ralph Dommermuth Stiftung Kunst und Kultur en colaboración con la galería Beck&Eggeling International Fine Art.
 
La elección de Valencia como ciudad para exhibir de nuevo la obra responde a un proceso intenso de búsqueda por parte del artista de una ciudad y un enclave en el que su obra pueda interactuar con la luz y el espectador, produciendo un interesante juego de luces tanto de día como de noche.
 
Efectos de la luz sobre la instalación de día. Imagen: © Carmen Lacasa Esteban
 
Heinz Mack (Lollar, Alemania, 1931) ha trabajado durante sesenta años com pintor y escultor. En 1958 fue cofundador del Grupo Zero junto a Otto Piene y Günther Ueker, que más tarde derivó en un movimiento internacional al que se unieron Yves Klein, Lucio Fontana y Piero Manzoni. El Museo Guggenheim de Nueva York dedicó una importante muestra en 2014 a este colectivo alemán de postguerra, siguiendo la estela de otras importantes exposiciones celebradas en Amsterdam, Berlín y Estambul.
 
 
Más información:
 
 
 

16 febrero 2014

EL PAPEL

Dicen que está a punto de desaparecer, que la tecnología va a acabar con este material con el que convivimos cotidianamente. Los periódicos, revistas y libros digitales; las agendas y correos electrónicos; las pizarras digitales de las aulas… Todos ellos son la causa de este rumor.
Antes de que olvidemos lo que es, conozcámoslo un poquito.
 

02 febrero 2014

EL CID: UN MERCENARIO CONVERTIDO EN PRÍNCIPE

Desterrado de Castilla por el rey Alfonso VI, convertido en mercenario a las órdenes del mejor postor y aliado del príncipe de la Taifa de Zaragoza, al-Muqtamid, Rodrigo regresó a la corte castellana para apoyar a su rey contra los almorávides. Pero Alfonso VI lo vuelve a desterrar. Y Rodrigo decide conquistar Valencia para sí.
En este segundo y último post de El Cid, contaremos desde su reconciliación con Alfonso VI hasta su muerte.
 

19 enero 2014

EL CID: UN NOBLE VENIDO A MERCENARIO

Convertido en héroe por el conocido Cantar de Mio Cid, en realidad Rodrigo Díaz se hizo famoso en su época por ser un soldado invencible, un mercenario que se vendía al mejor postor, cristiano o musulmán. Un mercenario que conquistó territorios y que llegó a ser Señor de Valencia.
Este es el primero de los dos post de El Cid, que habla de él desde su nacimiento hasta la reconciliación con el rey Alfonso VI.
 

11 enero 2014

EN CORTS: FUENTE, CARRETERA Y BARRIO

Como todas las ciudades, Valencia tiene barrios cuya historia se desconoce. En esta ocasión el barrio es el mío: En Corts, del que he descubierto lo que ahora os cuento.

 

25 julio 2013

EL ORIGEN DE RUSSAFA

Por Carmen Lacasa Esteban. 

Antes de ser uno de los barrios más conocidos de la ciudad de Valencia, Russafa fue un municipio independiente. Tal vez por ello sigue conservando un estilo diferente al resto de la ciudad. 

Russafa da nombre a un barrio de Valencia y a la calle principal que lo comunica con el centro de la ciudad. Como barrio, limita con el barrio de Sant Francesc al norte, con Pla del Remei y Gran Via al este, Montolivet, En Corts y Malilla al sur y con la Roqueta y Arrancapins al oeste. Como calle, nace en la plaza del Doctor Landete y llega hasta la plaza del Ayuntamiento.

Antes de ser un barrio de Valencia (lo que sucedió en 1877), fue un municipio independiente (1811-1877) cuyo término municipal se extendía por el suroeste hasta la Albufera, incluyendo en su término las actuales pedanías de Pinedo, El Saler y la Punta y los barrios actuales de Natzaret, Font de Sant Lluís, Malilla y Montolivet; es decir que, además del distrito del Eixample (donde está Russafa), le pertenecía todo el distrito de Quatre Carreres.

El municipio se creó a raíz de un pequeño núcleo rural que quedó fuera de las murallas en el siglo XIV cuando éstas se ensancharon, convirtiéndose en un arrabal que mantuvo su carácter agrícola. 
En 1860 se construyó en las proximidades de la puerta de Russafa la Plaza de Toros de Valencia; hay que recordar que las murallas serían derribadas en 1865.
 
Pero, ¿cuál es el origen de Russafa?

Para saberlo, nos tenemos que remontar hasta el siglo VIII. En este siglo, existió en Valencia un importante jardín, llamado al-Russafa, creado por el príncipe Abd-Allah Al-Balansi, apodado así, “el valenciano”, por los muchos años que vivió en Valencia. Era hijo de Abd Al-Raman I (Abderramán I), califa de Córdoba que había construido una magnífica residencia, llamada al-Russafa, emulando los famosos jardines que el gran califa Hixam I había construido en Siria, entre la ciudad de Palmira y el río Éufrates en  el año 728.

Abd-Allah Al-Balansi había pasado su infancia en el palacio real cordobés y quiso construirse en Valencia su propia residencia, para lo cual eligió una zona próxima a la ciudad (a unos 2 km) y bien comunicada con ésta. El nombre era el mismo que el de la residencia real de su padre: al-Russafa.

Por desgracia, el palacio valenciano desaparecería muy pronto, debido a que los descendientes del príncipe no residieron en Valencia y, por lo tanto, no lo usaron. Pero los jardines sobrevivieron, perdurando durante cuatro siglos, transformados en los precursores del parque público, ya que se convirtieron en lugar de recreo. Fueron elogiados por varios poetas, sobre todo por Abu Abd-Allah Muhammad ben Gualibel, llamado Al-Russafi por haber nacido en la zona próxima a la residencia del príncipe.

Durante sus cuatro siglos de supervivencia, los jardines de Russafa fueron una posición clave para la toma de Valencia por el Cid Campeador y también participaron en la conquista de Jaume I en 1238. Las tropas reales acamparon en estos jardines, desde donde sitiaron Valencia. El rey residió allí durante la campaña y fue allí donde se celebró la capitulación de la ciudad entre Zayyan ibn Mardanish y Jaume I.

A partir de este momento, desaparecen las menciones a los jardines de Russafa en las crónicas, aunque perduraría su recuerdo en la tradición oral, posiblemente porque los conquistadores convirtieron estos jardines en tierras de labor y construyeron una alquería, que es la que daría origen al poblado primigenio.

Ese pequeño poblado es ahora uno de los barrios con más historia de Valencia.