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22 agosto 2021

LOS PUEBLOS DEL MAR

Por Carmen Lacasa Esteban.

Hubo un período, entre la Edad del Bronce tardía[1] y la Edad del Hierro temprana[2], que los historiadores describen como “el peor desastre de la historia antigua” en el que algunas de las civilizaciones más importantes de Oriente Próximo, el Egeo, Anatolia, África del norte, el Cáucaso, los Balcanes y el Mediterráneo oriental colapsaron y desaparecieron de los mapas.

Parece ser que fue un periodo violento y culturalmente perturbador, en el que solo algunos estados como el reino nuevo de Egipto, Asiria, Fenicia y Elam sobrevivieron al colapso, aunque vivieron un período de declive. Algunas teorías sobre esta debacle sugieren cuestiones relativas a factores ambientales, tal vez sequía; al colapso general de los sistemas políticos, cambios tecnológicos en la guerra e interrupción del comercio; una erupción volcánica y, muy importante, la aparición de la esquiva gente del mar.


Imagen 1. Hipótesis de posibles movimientos de población, invasiones y destrucciones durante la Edad del Bronce tardía (siglo XII a.C.)[3]

Pero ¿quién era esta gente del mar?

El término peuples de la mer (literalmente pueblos del mar) fue acuñado por primera vez por el egiptólogo francés Emmanuel de Rougé[4] mientras estudiaba los relieves de Medinet Habu[5]. Aunque ya el rey Merenptah se refirió a ellos como países extranjeros o pueblos del mar (en egipcio nA At.wt n(t) pA ym en su Gran inscripción de Karnak.

Imagen 2. Pueblos de mar en jeroglífico[6]. (Lectura aproximada: na hatut net pa ym)

Se conoce poco sobre estos pueblos y las escasas evidencias que se tienen de su existencia provienen de fuentes coetáneas, fundamentalmente egipcias e hititas. Los textos antiguos suelen narrar la historia parcialmente y, aunque la arqueología pueda ayudar, los datos de las excavaciones son escasos en este sentido[7].

La teoría más extendida es que los Pueblos del Mar eran una confederación marinera originada en el oeste de Asia Menor, el Egeo, las Islas del Mediterráneo o el sur de Europa. Según las fuentes egipcias había nueve culturas antiguas, posiblemente responsables de esta migración masiva: Denyen, Ekwesh, Lukka, Peleset, Shekelesh, Sherden, Teresh, Tjeker y Weshesh. Otras fuentes narrativas diferentes incluyen a etruscos, troyanos, filisteos, micénicos e incluso minoicos.

Los lukka, los sherden (o shardana) y los denyen (o danuna) aparecen mencionados en las Cartas de Amarna, de época de Amenhotep III[8] o de Amenhotep IV (Akhenaton)[9] sobre 1350 a. C.

Se relata en una de ellas que un Sherden y otros tres hombres, aparentemente mercenarios renegados, han sido ajusticiados por un supervisor egipcio; esto mismo se cuenta de manera similar en las cartas EA 81, 122 y 123, que son copia una de otra.

En la carta EA 38 los Lukka son acusados de atacar a los egipcios aliados con los alasiyas, a quienes más tarde incautaron sus aldeas.

En otra carta (EA 151) se menciona a los Denyen, pero solo en una referencia a la muerte de su rey.

De entre las fuentes egipcias, la Estela II de Tanis señala un evento durante el reinado de Ramsés II[10], en el que el delta del Nilo fue atacado por asaltantes de Sherden. Una inscripción en la estela dice:

Los rebeldes Sherden a quienes nadie había sabido combatir, llegaron audazmente navegando en sus buques de guerra desde en medio de mar, sin que nadie pudiera resistirlos.

También se hace referencia a las victorias de Ramsés II sobre estos pueblos en el Poema de Pentaur[11], en el que se dice que los sherden han sido tomados como prisioneros al servicio de Egipto.

Durante el reinado de Merenptah[12] se produjo, posiblemente, la mayor migración de estos pueblos a Egipto. Sucedió entre los años 5 y 6 de su reinado y se relata la lucha contra una confederación de Nueve Arcos en la zona occidental del delta del Nilo en la Gran inscripción de Karnak. Los Nueve Arcos es el nombre dado a estos enemigos extranjeros, entre los que se mencionan algunos pueblos del mar.

A partir de la victoria que su majestad ha alcanzado en la tierra de Libia (...), los ekwesh, teresh, lukka, sherden, shekelesh, del norte procedentes de todas las tierras.

El miserable jefe de Libia, Meryey hijo de Den, ha caído sobre el país de Tehenu con sus arqueros (...) sherden, shekelesh, ekwesh, lukka, teresh, tomando los mejores guerreros y hombres de su país. Ha traído a su mujer y sus hijos (...) y ha alcanzado la frontera occidental en los campos de Perire.

Merenptah afirma que derrotó a los invasores en pocas horas, matando a 6000 soldados y tomando 9000 prisioneros, que contaron tras haber cortado los penes de los enemigos no circundados y las manos de los circuncidados (que eran los Ekwesh).


Imagen 3. Estela de Atribis (Museo de El Cairo)[13].

En la Estela de Merenptah se menciona entre los combatientes a los libios y Meshuesh; y, en el relato de una campaña en Canaán al año siguiente, a pueblos procedentes del Mediterráneo oriental, incluyendo jetas (hititas), sirios y, por primera vez en la historia, a los ysriar (israelitas).

Algunos pueblos del mar aparecen mencionados en cuatro cartas encontradas en Ugarit[14], de las cuales las tres últimas parecen haber sido escritas poco antes de la destrucción de la ciudad, que tuvo lugar alrededor del 1175 a. C. En estas cartas, el último rey de Ugarit de nombre Ammurapi (o Hammurabi)[15], se menciona al secuestro de un tal Ibnadushu que era de “un pueblo de Shikala” (probablemente era un Shekelesh) que “vivían en buques”.


Imagen 4. Ruinas de Ugarit [16]

Los pueblos de mar y Ramsés III

Sin embargo, fue durante el reinado de Ramsés III cuando los pueblos de mar aparecieron con mayor fuerza, registrándose en relieves las oleadas de invasiones que sufrió Egipto y las luchas para combatirlos.

El relato más detallado se encuentra en su templo funerario de Medinet Habu en Tebas, donde se representa a Ramsés III obligando a retroceder a los invasores durante la Batalla del Delta, alrededor de 1175 a.C. Una de las inscripciones dice:

“Ahora los países del norte, que estaban en sus islas, temblaban en sus cuerpos. Penetraron los canales de las bocas del Nilo. Sus fosas nasales han dejado (de funcionar, de modo que) su deseo es [respirar] el aliento. Su majestad avanza como un torbellino contra ellos, luchando en el campo de batalla como un corredor. El terror de él y el terror de él han entrado en sus cuerpos; (están) volcados y abrumados en sus lugares. Sus corazones son arrebatados; su alma se vuela. Sus armas están esparcidas por el mar".

En los muros de este templo funerario se explica que Ramsés III emprendió cuatro campañas contra diversos pueblos:

En el año 5 contra tribus libias, que quizá estuviesen apoyadas por los pueblos del mar.

En el año 8, se enfrentó dos veces contra los pueblos del mar: en la desembocadura del Nilo y en tierra en Canaán.

En el año 9 luchó de nuevo contra los libios.

La última campaña se desarrolló en el Levante mediterráneo, contra una alianza de los pueblos del mar peleset (filisteos), thekel, sherden (sardos) y teresh con dos pueblos sirios, amoritas y shashu, y con los hititas.


Imagen 5. Ramsés III derrotando a los pueblos del mar[17].

Los países extranjeros conspiraron en sus islas, y todos los pueblos fueron removidos y dispersos en la refriega. Ningún país podía sostenerse frente a sus armas: Hatti, Qode, Carchemish, Arzawa y Alashiya, todos fueron destruidos al mismo tiempo. Un campamento fue levantado en Amurru. Asolaron a su pueblo, y su país llegó a ser como si nunca hubiese existido. Se acercaban a Egipto, mientras la llama era preparada delante de ellos. Su confederación era la de los Peleset, Tjeker, Shekelesh, Denyen y Weshesh, países unidos. Pusieron sus manos sobre los países hasta el círculo de la tierra, con los corazones llenos de confianza y seguridad: ¡Nuestros propósitos triunfarán!(…) !


Imagen 6. Batalla del Delta entre Ramsés III y los pueblos del mar en el siglo XII a. C. Templo de Medinet Habu, Tebas.[18]

La victoria de Ramsés III sobre los pueblos de mar devolvió se basó, además de la victoria en las luchas, en la política de “asentamiento” de estos migrantes en Egipto, consiguiendo absorber una población de manera pacífica. De esta manera, desaparecieron las referencias a estos pueblos del mar, de los que todavía no se sabe mucho.

 (Texto traducido y adaptado por Carmen Lacasa Esteban de la fuente original Who were the Sea People?, https://www.heritagedaily.com/2020/10/who-were-the-sea-people/135782 )

 

Procedencia de los principales pueblos del mar mencionados

Denyen: este pueblo podría provenir de Anatolia. La semejanza con el nombre dánaos los relaciona con los aqueos, ya que es otro nombre de los griegos micénicos. Es posible que se aliaran con los peleset y los tjeker, compartiendo con ellos tierras y asentamientos. Probablemente se fundieron con los hebreos y en este caso serían los componentes de la tribu de Dan, que vivía del mar.

Ekwesh o akawasha: este pueblos podría ser el que los hititas llamaban ahhiyawa y es probable que se trate de los aqueos micénicos (los griegos) establecidos en el occidente anatolio (la Mileto griega podría ser la que aparece en los textos hititas como Millawanda o Millawata). Sin embargo, surgen dudas al estar los ekwesh circundidados.

Lukka: este pueblo aparece en textos amarnienses. Vivían de sus potentes flotas, costeando Chipre y el sur de Anatolia y realizando acciones de piratería. Parece que los hititas los consideraron como un verdadero Estado litoral. Suele proponerse que este pueblo fuera procedente de Licia.

Peleset: este pueblo es con casi total seguridad los filisteos. Aunque no aparecen en la documentación de Hatti, la Biblia les sitúa procedentes de Kaftor, que podría ser Creta. Presentan rasgos micénicos, aunque otros autores prefieren situar su origen en la Siria septentrional o en el Cáucaso.

Shekelesh: se han relacionado con Sicilia y los sículos. Este pueblo habría llegado a la isla tras ser rechazado en Egipto por Ramsés III.

Sherden: Sherden o Shardana (sardos): este pueblo puede relacionarse con el de Cerdeña (Sardinia, Sardegna). Algunos autores leen en el texto fenicio de una estela de Nora la locución beshardan. En la cultura sarda de los nuraga megalíticos, las figurillas broncíneas que representan a guerreros se asemejan notablemente a los grabados de Medinet Habu y a otros restos chipriotas. También se ha propuesto para ellos un origen de Siria del norte

Teresh o tursha: este pueblo se ha puesto en relación con el topónimo mencionado por los hititas de Taruisha y también con los tirrenos o etruscos. Algún autor, en cambio, pone su nombre en relación con el hebreo Tarshish y con el hispánico Tarstessos, pero esta hipótesis goza de poca aceptación.

Tjeker o thekel: este pueblo tiene un nombre que recuerda a Teucro, legendario fundador de Salamina en Chipre, epónimo de los teucros (en la Tróade). Los relieves les atribuyen una indumentaria similar a la de los peleset. Quizá procedían de Anatolia, e incluso pudieran ser los propios troyanos. Fueron mencionados por los hititas. Una hipótesis propone que fueron la rama marinera de un grupo en el que los peleset serían de tierra adentro.

Weshesh: este pueblo podría estar vinculado a Wilusa (Ilión-Troya en hitita), por lo que se ha sugerido que sean los restos de los pueblos troyanos

(Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Pueblos_del_mar)

 

Notas:


[1] Edad del Bronce tardía: se desarrolló aproximadamente entre 1300 a.C y 700 a.C.

[2] Edad del Hierro temprana: se desarrolló aproximadamente entre 1000 a.C y 800 a.C.

[4] Emmanuel de Rougé (1811-1872): egiptólogo y filólogo francés, conservador del museo del Louvre (1849) y profesor de arqueología egipcia.

[5] Medinet Habu: localidad llamada Dyamet por los antiguos egipcios, situada en la orilla occidental del Nilo, frente a Tebas. Fue centro administrativo y económico, asociado al dios Amón.

[7] Referencias a los pueblos del mar: Los pueblos del mar en fuentes primarias por Matthew J. Adams

[8] Amenhotep III (1390 a.C-1353 a.C, según la cronología de Hornung, Krauss y Warburton): rey de la XVIII dinastía del reino nuevo de Egipto, siendo Nebmaatra su nombre real o nesut-bity (rey del alto y bajo Egipto).

[9] Amenhotep IV (1353 a.C-1336 a.C, según la cronología de Hornung, Krauss y Warburton): rey de la XVIII dinastía del reino nuevo de Egipto. Su nombre real o nesut-bity (rey del alto y bajo Egipto) era Neferkheperura, pero se lo cambió por el de Akhenaton cuando inició la reforma religiosa en la que el dios Aton era el más importante.

[10] Ramsés II (1279 a.C-1213 a.C, según la cronología de Hornung, Krauss y Warburton): rey de la XIX dinastía del reino nuevo de Egipto, siendo Usermaatra Setepenra su nombre real o nesut-bity (rey del alto y bajo Egipto).

[11] Poema de Pentaur: relata la batalla de Kadesh, que sucedió en el año 5 del reinado de Ramsés II, entre egipcios e hititas, atribuyéndose ambos la victoria. Se encuentra grabado en los bajorrelieves que adornan las paredes de Abidos, Rameseum, Karnak, Abu Simbel y en los pilonos de Luxor.

[12] Merenptah (1213 a.C-1203 a.C, según la cronología de Hornung, Krauss y Warburton): rey de la XIX dinastía del reino nuevo de Egipto, siendo Baenra su nombre real o nesut-bity (rey del alto y bajo Egipto).

[14] Cartas de Ugarit: Ugarit fue una antigua ciudad-estado portuaria del Mediterráneo, al norte de la actual ciudad siria de Latakia. Durante ciertas épocas envió tributos a Egipto, en una posible de relación de vasallaje y cooperación. En el gran palacio real existían cinco archivos que contenían unas 2000 tabillas. Fueron encontradas por el arqueólogo francés Claude Schaeffer hacia 1928

[15] Hammurabi (1810 a.C -1750 a.C): rey babilonio que extendió su territorio hasta Mesopotamia. Es conocido por ser un gran legislador, siendo el Código de Hammurabi su obra más conocida, que se encuentra en el museo del Louvre.


09 mayo 2020

EL JARDÍN DE LAS HESPÉRIDES

Por Carmen Lacasa Esteban. 

A través de las olas del mar profundo llegaron a la hermosa isla de los dioses, allí donde las Hespérides tienen su casa de oro.

Esta frase[1], escrita en la puerta del Jardín de las Hespérides de Valencia, es la entrada a un espacio insólito que ofrece al visitante contradictorias sensaciones. Un jardín que tuve oportunidad de recorrer con ocasión de la Semana de la Arquitectura organizada por el Colegio Oficial de Arquitectos de la Comunidad Valenciana en una visita guiada por los autores del proyecto: María Teresa Santamaría, ingeniera técnica agrícola; Antonio Gallud, Miguel del Rey y Carlos Campos, arquitectos.

Imagen aérea del conjunto

Si uno se acerca a este jardín sin conocer qué significado tiene cada uno de los elementos que lo componen seguramente lo encontrará pequeño, escondido, tal vez alejado o descuidado. Porque este jardín es uno de esos lugares que tienen las ciudades que, por ubicación, diseño, uso (tal vez poco uso), se convierten en espacios habitados por aquellos que no tienen donde habitar. Espacios recogidos, ocultos a las miradas, que ofrecen refugio en momentos de desamparo.

Y eso es precisamente lo que se busca: presentar el Jardín de las Hespérides como un “hortus conclusus”[2], cuyo cerramiento se abre puntual y sugerentemente, invitando al transeúnte a entrar en un mundo diferente como es el del jardín. Un espacio que se concibió como refugio contemplativo y tranquilo; un jardín para disfrutarlo solo con los sentidos; un lugar pensado para emocionar.

Imagen 1. Rampa junto a la entrada

El mito del Jardín de las Hespérides

Según la mitología griega, la diosa Hera poseía un bello jardín en un lejano rincón de occidente. En este jardín, un huerto, se cultivaba un árbol con manzanas de oro; al parecer, estos frutos proporcionaban la inmortalidad. Este árbol fue un regalo de bodas de Gea, la diosa Tierra, a Hera, que los plantó en su jardín y encargó a tres ninfas de occidente, hijas del titán Atlas[3], su cuidado. Sus nombres eran Hesperetusta, Egle y Eritia, conocidas como las hespérides.

El jardín se convirtió en algo muy apreciado por Hera. Tanto, que empezó a desconfiar de los cuidados de las hespérides, porque desperdiciaban las manzanas, y envió a Ladón, un dragón de cien cabezas que jamás dormía, para custodiar su jardín.

Imagen 2. El jardín de las Hespérides, de Edward Burne-Jones.

Hera nunca tuvo aprecio por Heracles[4], el hijo de su esposo Zeus con Alcmena. Maquinaba continuamente contra él, incluso le provocó un ataque de locura, durante el cual Heracles mató a su mujer, sus hijos y dos de sus sobrinos. Al recuperar la cordura y darse cuenta de lo que había hecho, se aisló del mundo hasta que su hermano lo convenció para visitar el oráculo de Delfos. Allí, la sibila le dijo que para expiar sus acciones debería realizar doce trabajos, por encargo de Euristeo[5], que lo harían inmortal. Uno de esos trabajos fue robar las manzanas del Jardín de las Hespérides.

Heracles se encontró con Atlas, que le dijo que sabía dónde estaban las manzanas y que se las traería a cambio de sostener los cielos mientras tanto. Heracles aceptó y el titán llegó hasta el jardín y mató a Ladón, llevándose las manzanas.

El dragón fue transportado al cielo, convirtiéndose en la constelación de la serpiente. Las hespérides, desesperadas por haber perdido las manzanas cuya custodia tenían confiadas, se transformaron en árboles: olmo, sauce y álamo.

Como no quería seguir cargando los cielos, dijo que él mismo llevaría las manzanas a Euristeo; pero Heracles lo engañó, pidiéndole que sujetase el cielo un momento mientras se ponía la capa sobre los hombros. En cuanto Atlas volvió a su condena, Heracles tomó las manzanas y se marchó. Aunque no fuera él personalmente quien las recogió, sí que fue el único que consiguió robarlas. Más tarde, la diosa Atenea las devolvió al jardín de las Hespérides.

El diseño del jardín

El jardín está situado junto a otros dos grandes espacios verdes de la ciudad, el Jardín Botánico y el Jardín del Turia, que tal vez empequeñecen aún más su dimensión y calidad paisajística.


Imagen 3. Plano de situación del Jardín de las Hespérides.

La planta es prácticamente cuadrada, organizada en varios espacios claramente diferenciados por su diseño y acabados. 

Imagen 4. Planta del Jardín de las Hespérides.

La rampa de entrada nos adentra a un espacio abierto, desde el cual el espectador tiene la visión completa del jardín. Esta explanada está dividida por muros vegetales paralelos, entre los que se ubican los elementos mitológicos: el árbol de los frutos de oro, ninfas metamorfoseándose en árbol, héroe y dragón metamorfoseado en serpiente.

Imagen 5. Explanada con algunos elementos mitológicos.

Imagen 6. Árbol de los frutos de oro.

Imagen 7. Heracles con los frutos de oro.

En el lado oeste se ubican tres terrazas longitudinales decrecientes en altura, acompañadas por recorridos de agua, y en las cuales está la colección de cítricos, un género de la tradición jardinera y agrícola valenciana.

Imagen 8. Terraza con cultivo de cítricos.

Se encuentran aquí algunas especies que estuvieron en la desaparecida colección que un día tuvo el Jardín Botánico: citrus limon variegatum, citrus multiformis y citrus bergamota, entre otras.

Imagen 9. Terraza con cultivo de cítricos.

Esta colección está representada por los ocho grupos agronómicos que componen el género citrus: cidro, limonero, limero, mandarino, naranjo amargo, naranjo dulce, pomelo y pummelo, en 50 variedades diferentes reunidas para el jardín de las Hespérides, y están cultivadas en forma de árbol, maceta o en espaldera, técnicas diferentes que los “lligadors d’horts” o jardineros valencianos, tan apreciados en tiempos de Alfonso el Magnánimo, manejaban con verdadera destreza y que hoy son prácticamente desconocidas.

Imagen 10. Cultivos en macetas.

La presencia del agua, que fluye de una fuente oculta y que discurre por acequias que recorren las terrazas, es otro de los componentes fundamentales del jardín. Mana de una fuente ubicada en el punto más alto del jardín y circula entre los cítricos.

Imagen 11. Agua fluyendo entre las terrazas.

Al llegar a la explanada se oculta, pero vuelve a emerger: en el estanque donde las ninfas se reflejan metamorfoseadas en árboles y en el estanque rodeado de muros y cipreses donde se asoma Venus, la protectora de los jardines.

Imagen 12. Estanque entre cipreses.

En el sur del jardín, más cercano al Jardín Botánico, se ubica otro acceso, que está acompañado en su recorrido por una pérgola.

Imagen 13. Pérgola.

Por su modesta dimensión y su singular ubicación, este jardín concentra todos los elementos de manera precisa, incorporando una gran cantidad de aspectos de la cultura jardinera valenciana.

Dicen que las imágenes son más valiosas que las palabras, así que aquí tenéis un vídeo del Jardín de las Hespérides. 


https://www.youtube.com/watch?v=FCxNiykTsZs&feature=emb_logo 

 

Más información:

El mítico jardín de las Hespérides, https://sobregrecia.com/2009/07/14/el-mitico-jardin-de-las-hesperides/

Hespérides, https://es.wikipedia.org/wiki/Hesp%C3%A9rides

Los doce trabajos de Heracles, https://es.wikipedia.org/wiki/Los_doce_trabajos_de_Heracles

El Jardín de las Hespérides de Valencia, http://jardins.valencia.es/es/jardin/jardin-de-las-hesperides

Jardín de las Hespérides, Valencia, https://www.via-arquitectura.net/09/09-040.htm

Jardín de las Hespérides, https://www.valencia.es/ayuntamiento/urbanismo.nsf/vDocumentosTituloAux/EE69968F6258679CC12572A50048D457?OpenDocument&bdOrigen=ayuntamiento%2Furbanismo.nsf&idapoyo=&lang=1&nivel=15

El Jardín de las Hespérides. Un jardín de colección, Tríptico publicado por el Ayuntamiento de Valencia.

Imágenes:

Imagen aérea del conjunto: https://www.via-arquitectura.net/09/09-040.htm

Imagen 1, imágenes 5 a 13: Fuente propia ©Carmen Lacasa Esteban

Imagen 2: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Edward_Burne-Jones_-_The_Garden_of_the_Hesperides,_1869-1873.jpg

Imagen 3: El Jardín de las Hespérides. Un jardín de colección, Tríptico publicado por el Ayuntamiento de Valencia.

Imagen 4. Planta: https://www.valencia.es/ayuntamiento/urbanismo.nsf/vDocumentosTituloAux/EE69968F6258679CC12572A50048D457?OpenDocument&bdOrigen=ayuntamiento%2Furbanismo.nsf&idapoyo=&lang=1&nivel=15

Notas:

[1] Fragmento de la obra Gerioneida, de Estesícoro (poeta griego, 630 – 550 a.C.) fragmento S8.

[2] Hortus conclusus: significa jardín cerrado y fue una tipología característica de la Edad Media, asociada a monasterios y conventos. Podía estar cerrado por un cercado vegetal o arquitectónico y era fundamentalmente huerto para el cultivo de plantas aromáticas y medicinales. Fuente: https://canal.uned.es/video/5ac4b8bfb1111f365c8b459b

[3] Atlas: titán de la mitología griega, condenado por Zeus a sostener el cielo. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Atlas_(mitolog%C3%ADa)  

[4] Heracles, llamado Hércules por los romanos.

[5] Euristeo: rey de Argólida, preferido de Hera para reinar sobre Micena, y que hizo que naciera unos meses antes que Heracles. El oráculo de Delfos ordenó a Heracles que se pusiera a su servicio durante doce años y que realizara los diez trabajos que le encargara el rey para llegar a ser inmortal. Al final fueron doce los trabajos que le encargó porque consideró que dos de ellos no los había realizado correctamente. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Euristeo


02 agosto 2015

EL PALACIO DE CNOSOS O EL LABERINTO DEL MINOTAURO

Decir que es el palacio minoico más importante de Creta puede ser una obviedad; aún así, sus columnas rojas y sus maravillosas pinturas murales no dejan indiferente a nadie.


 
Entrada norte al palacio de Cnosos. © National Geographic

02 marzo 2014

ALEJANDRO MAGNO EN EGIPTO

Alejandro Magno solo estuvo seis meses en Egipto, durante los cuales se convirtió en faraón. Su famosa visita al oráculo de Siwa y su proclamación como hijo del dios lo transformaron en un ídolo.

16 febrero 2014

EL PAPEL

Dicen que está a punto de desaparecer, que la tecnología va a acabar con este material con el que convivimos cotidianamente. Los periódicos, revistas y libros digitales; las agendas y correos electrónicos; las pizarras digitales de las aulas… Todos ellos son la causa de este rumor.
Antes de que olvidemos lo que es, conozcámoslo un poquito.