“Tamara de Lempicka es una artista tal, una mujer
cuyas pinturas son fácilmente identificables aún por los que raras veces ponen
el pie en galerías de arte”.
Me ha parecido adecuado
empezar la entrada de Tamara de Lempicka, he de decir que es una de mis artistas
favoritas, con esta frase de Laura Claridge en su publicación “Tamara de Lempicka: A Life of Deco and
Decadence”.
Tamara de Lempicka pintando en su estudio
Empezaremos con unos
breves apuntes biográficos.
Tamara de Lempicka nació
en Rusia, en el seno de una familia acaudalada, de padre
ruso y madre polaca. Frecuentemente se dice que fue polaca, pero no es así. Su nombre
era Maria Gorska. Descubrió su pasión por el arte en un viaje a Italia con su
abuela en 1911, es decir, a los trece años.
A los dieciocho años, en
1916, se casó con el abogado polaco Tadeusz Lempicki, de quien tomó el apellido
y vivió en San Petersburgo. Tras la revolución rusa de octubre se trasladaron en
1923 a París, donde tomó clases con André Lhote.
Su arte inicial se
decanta claramente por el Art Déco, exponiendo en varias galerías parisinas y
en la primera exposición de Art Déco de París.
Al divorciarse de su
primer marido (en 1929) y conocer al barón húngaro Raoul Kuffner de Dioszegh, coleccionista
de su obra, se traslada a vivir a Estados Unidos, donde se hace famosa entre la
burguesía neoyorquina y expone en varias galerías estadounidenses y europeas, viviendo
tanto en Los Ángeles como en Nueva York.
Su estilo es Art Déco
hasta 1960, cuando lo cambia por el abstraccionismo, poco antes de la muerte de
su segundo marido en 1961.
Tamara de Lempicka
fallece en Cuernavaca (México) el 18 de marzo de 1980, a los ochenta y dos años
de edad y el escultor mexicano Víctor Manuel Contreras arrojó sus cenizas en el
cráter del volcán Popocatépetl.
Woman with a Guitar
En cuanto a su obra,
diremos que su pintura pertenece claramente al movimiento Art Déco. ¿Y qué conocemos
por Art Déco?
El término “Art Déco” se
acuñó en la retrospectiva titulada “Les Années 25” llevada a cabo en París en
el Musée des Arts Décoratifs
(Museo de Artes Decorativas) en el año 1966, por lo que el
término es un apócope de la palabra francesa décoratif. Fue un movimiento de diseño popular entre 1920 y 1939,
extendiéndose incluso hasta los años cincuenta del pasado siglo XX. Engloba
toda una serie de artes decorativas tales como arquitectura, diseño interior,
diseño gráfico e industrial, artes visuales, moda pintura, grabado, escultura y
cinematografía.
El origen está en la Exposición
Universal de París de 1900, tras la cual varios artistas franceses formaron un
colectivo formal dedicado a las artes decorativas de vanguardia. Entre ellos
estaba Hector Guimard, autor de las famosas entradas del metro parisino.
Es un movimiento que
engloba muchos y diversos estilos de principios del siglo XX, inspirándose en
las primeras vanguardias que surgieron en el período llamado “entre guerras”:
constructivismo, cubismo, futurismo, art nouveau e incluso el racionalismo de
la escuela Bauhaus.
Todo ello aunado con los
progresivos descubrimientos arqueológicos en el Antiguo Egipto (recordemos que
la famosa tumba intacta del rey Tutankhamon se descubrió el 4 de noviembre de
1922, en pleno auge de este movimiento) que dejaron huella en lo referente a
líneas duras y formas sólidas, colores y composiciones artísticas.
Este estilo "art déco" utilizaba
formas fraccionadas, cristalinas, con bloques cubistas, rectángulos y formas
fraccionadas. Los colores se distribuyen en trapezoides, se facetan; las formas
se geometrizan. Los materiales empleados en todos los ámbitos que abarca son aluminio,
acero inoxidable, laca, madera, piel de tiburón y piel de cebra. Estos patrones
se emplean tanto en zapatos como en rascacielos como el Edificio Chrysler.
Haciendo un poco de
patria, he de decir que Valencia tiene una gran muestra de edificios Art Déco,
realizados en el período de bonanza económica de entre guerras, en el que España
permaneció neutral. Entre los edificios que destacan tenemos el Balneario de
Las Arenas (hoy convertido en hotel), el edificio de Rectorado de la
Universitat de València, los cines Rialto (rehabilitados por la arquitecta
Cristina Grau, una de mis profesoras de Proyectos en la Escuela de Arquitectura,
ya fallecida, edificio que actualmente es la Filmoteca de la Generalitat
Valenciana) y el edificio de los cines Capitol (una obra maestra en ladrillo
caravista, convertido en edificio de oficinas).
Obra de Tamara de Lempicka
La obra de Tamara de
Lempicka se centra fundamentalmente en retratos femeninos; apenas hay cuadros
de hombres, aunque pintaba desnudos de ambos sexos. Sus mujeres son etéreas,
sus ropajes flotantes y sus dedos largos. No son mujeres estilizadas, son más
bien corpulentas, influenciada claramente por Botticelli. Su pincelada es
pulida, con marcados contrastes de luces y sombras. Además de Botticelli, su
pintura está influenciada por el retrato manierista y el cubismo, sin llegar al
arte abstracto. Más bien es una fusión de estilos antiguos para representar
temas actuales, con figuras que visten ropas y lucen peinados de última moda.
Salvando todas las
distancias, naturalmente, su retrato de “Blue
woman with a guitar” podría ser la versión Déco de la Gioconda de da Vinci: la mujer en primer plano, el
paisaje al fondo.
Su predilección por las
mujeres (era abiertamente bisexual), los automóviles elegantes y las modernas
metrópolis no solo proveyeron los motivos de sus pinturas, sino también
influenciaron su estilo artístico. Junto con su carrera como artista, Tamara de
Lempicka fue la pionera de una nueva imagen de la mujer, cambiando aspectos de
feminidad y masculinidad.
Young Lady with
Gloves, 1930
Retrató a personas
relacionadas con la burguesía artística de París y Nueva York, como por ejemplo
al marqués de Afflito, en su “Portrait of
the Marquis d’Afflito” de 1925.
Portrait of the Marquis
d'Afflito, 1925
Fue una pintora ignorada
en Estados Unidos, donde residía, durante mucho tiempo. Mientras el mundo artístico se movía hacia el
arte figurativo, ella seguía con sus pinturas “anacrónicas”, sin seguir los
trabajos abstractos de de Kooning o Pollock, pasando muchos años en una especie
de exilio artístico.
Idyll,
1931
Sin embargo, es una artista
que debe tenerse en cuenta por su gran virtuosismo técnico, su deuda con el estilo
del Quattrocento, sus retratos y autorretratos, su vocabulario geométrico
instruido por el cubismo y su representación de la mujer moderna.
De Lempicka fue una mujer
cuyo trabajo no podía separarse de su vida, una mujer cuya visión de sí misma
fue inseparable de sus pinturas. Redefinió lo que debía significar se una mujer
y una artista y sus originales pinturas son su legado.
Y para finalizar una frase
de la misma Tamara de Lempicka:
“Cada uno
de mis cuadros es un autorretrato”.
Más información:
Bibliografía:
Claridge, Laura:
“Tamara de Lempicka: A Life of Deco and Decadence”
Néret, Gilles: “De Lempicka”
Obra completa en:
Sobre el art déco:
Si estáis interesados en su obra, también podéis visitar esta página web:
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