Por Carmen Lacasa Esteban.
La
egiptología nació como disciplina científica en 1822 con el descubrimiento
realizado por Jean-François Champollion1. Pero
el descifrador de los jeroglíficos murió prematuramente diez años después de su
hallazgo, sin haber tenido tiempo suficiente para completar su trabajo. ¿Se trataba de una ciencia que ya nació muerta? "¡La
antorcha ha caído al suelo, y nadie es capaz de volverla a encender!",
exclamó el inglés John Gardner Wilkinson2 que, sin embargo, demostró
lo contrario, al mismo tiempo que el prusiano Karl Richard Lepsius3,
autor de una obra monumental, creó la egiptología alemana.
Entrada a la tumba de Maia,
nodriza de Tutankamón.
Su tumba fue descubierta en 1996 en la necrópolis de Saqqara, al sur de El
Cairo. KHALED DESOUKI / AFP. Publicada en Le Monde.
No
se trata, pues, de una "ciencia francesa", como se pudo presumir
de ello en París durante algún tiempo, ni siquiera porque Francia dirigiera durante casi
un siglo el Servicio de Antigüedades de Egipto, creado en 1859, y en el que se
apoya todavía una institución de prestigio con una imprenta excepcional: el
Instituto Francés de Arqueología Oriental de El Cairo4.
No son arqueólogos todo lo que reluce.
Muchos
aficionados se llaman a sí mismos, de forma errónea y exagerada, egiptólogos. Ahora
bien, cabe decir que esta palabra define a un investigador especializado en el
antiguo Egipto, que sabe descifrar las fuentes escritas, que ha realizado
estudios universitarios reconocidos y homologados, que ocupa o ha ocupado una
plaza dentro del ámbito académico, bien sea la enseñanza o bien la investigación
relacionada con esta disciplina, y que publica los resultados de su trabajo científico en revistas especializadas. Ya
ha pasado aquel tiempo en el que cualquier individuo adinerado podía obtener
beneficios de las concesiones obtenidas para excavar en las arenas de Egipto.
A
las casi doscientas misiones arqueológicas extranjeras que trabajan en el valle
del Nilo se les unen también las universidades y los museos. Una
asociación internacional de egiptólogos, que cuenta con mil miembros, organiza regularmente
congresos egiptológicos. Y
a las revistas de prestigio, publicadas en inglés, francés o alemán, se añaden
ahora páginas web de gran nivel informativo.
Alemania
está a la cabeza de todas ellas, gracias a que la investigación universitaria es
de primer orden y a que poseen grandes medios en todos los niveles; todo ello coordinado
eficazmente por el Instituto
arqueológico de Berlín5. Los
británicos no tienen rival en el ámbito de la arqueología urbana y la divulgación
científica. Pero
una serie de recién llegados afianzan sus posiciones: después de los
estadounidenses, los belgas, los españoles6, los italianos o los polacos,
estamos asistiendo al nacimiento de egiptólogos brasileños, japoneses, chinos...
Sin contar, por supuesto, con los propios egipcios, que dirigen el Servicio
de Antigüedades y están asociados a las excavaciones en todo el conjunto del
territorio, cuando no las organizan ellos mismos, y están trabajando como nadie
en la enseñanza y la investigación para ponerse al día en la materia.
Descubrimientos a falta de interpretación
La egiptología se aprovecha en la actualidad de la egiptomanía que inunda las redes sociales. Trabajar en temas
que son de interés para el público en
general puede proporcionar a los investigadores y especialistas acceso a
una gran cantidad de medios de comunicación e incluso les puede facilitar la obtención de créditos
para sus misiones arqueológicas. Dicho esto, los
egiptólogos recuerdan regularmente
que no son cazadores de tesoros. A pesar de que todavía hay una gran cantidad de objetos y monumentos por descubrir en el valle del Nilo y en los oasis, lo esencial de
su trabajo consiste en interpretar los
elementos ya descubiertos.
Cuchara para ungüentos que representa un nadador sosteniendo un pato, símbolo
de la sexualidad femenina. Archivo
IGDA. Publicada en Le Monde.
Esta disciplina, que abarca un período de varios miles de años y una amplia variedad
de campos de investigación,
se está especializando cada vez más.
Ya no se es meramente un egiptólogo;
se es epigrafista, filólogo, papirólogo,
historiador del arte, historiador
de la religión... Sin contar con otras profesiones
añadidas: una excavación también necesita arquitectos, topógrafos, dibujantes, fotógrafos y
restauradores.
En las investigaciones se utilizan las técnicas más modernas. La digitalización de
los papiros facilita el desciframiento y la publicación de los mismos;
las momias se pasan por el escáner para determinar posibles patologías, mientras
que las muestras de ADN obtenidas de los restos pueden ayudar a establecer filiaciones y
parentescos, aún dudosos, entre los miembros de algunas familias reales;
y, por añadidura, para tratar de
entender el método de construcción de las grandes pirámides, se utilizan robots.
Hay que recordar que Champolion, muerto en 1832, siete
años antes de la invención del daguerrotipo7, no pudo, ni tan siquiera,
utilizar la fotografía para realizar sus incipientes e
importantes investigaciones.
Cámara para obtener vistas al daguerrotipo. Susse
Frères, 1839. Fuente: Wikipedia
Información adicional:
1. Jean-François Champollion, conocido como Champollion
el Joven (Figeac, departamento de Lot; 23 de diciembre de 1790–París, 4 de
marzo de 1832), fue un filólogo y egiptólogo francés, considerado el padre de
la egiptología por haber conseguido descifrar la escritura jeroglífica gracias
principalmente al estudio de la piedra Rosetta. Decía de sí mismo: «Soy adicto
a Egipto, Egipto lo es todo para mí».
2. John Gardner Wilkinson (1797-1875) viajero,
escritor y un célebre pionero inglés de la Egiptología del siglo XIX. Es citado
a menudo como "el padre de Egiptología británica".
3. Karl Richard Lepsius (Naumburg an der Saale, Prusia,
1810 - Berlín, 1884) fue un lingüista, bibliotecario y egiptólogo alemán, el
fundador de la ciencia de la egiptología alemana. Publicó varios libros y entre
ellos el Libro de los Muertos, al que dio este nombre que se ha consolidado.
4.
Instituto Francés de Arqueología Oriental de El Cairo: http://www.ifao.egnet.net/
5.
Instituto arqueológico de Berlín: https://www.dainst.org/dai/meldungen
6.
Misiones españolas en Egipto:
7.
El daguerrotipo, también conocido como "daguerreotipo", fue el primer
procedimiento fotográfico anunciado y difundido oficialmente en el año 1839.
Fue desarrollado y perfeccionado por Louis Daguerre, a partir de las
experiencias previas inéditas de Niépce (antes de 1826), y dado a conocer en París,
en la Academia de Ciencias de Francia.
Fuente:
Le Monde
Autor:
Robert Solé
Traducción,
adaptación e información adicional: Carmen Lacasa Esteban
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