02 marzo 2014

ALEJANDRO MAGNO EN EGIPTO

Alejandro Magno solo estuvo seis meses en Egipto, durante los cuales se convirtió en faraón. Su famosa visita al oráculo de Siwa y su proclamación como hijo del dios lo transformaron en un ídolo.


Entre los años 343 a.C. y 332 a.C. Egipto estaba bajo la llamada Segunda Dominación Persa, gobernado por los monarcas de la Dinastía XXXI, si seguimos a Manetón: Artajerjes III (343-338 a.C.), Arsés (338-336 a.C.) y Darío III. Egipto era, por tanto, una satrapía o provincia persa. 
En el año 336 a.C. subió al trono persa Darío III, que tuvo que enfrentarse a Alejandro de Macedonia (el epíteto de Magno se lo pusieron los romanos “Magnus”) cuando éste invadió Persia en el año 334 a.C. En la batalla de Issos (en la actual Turquía), que tuvo lugar en el año 333 a.C., Alejandro resultó vencedor.
Alejandro en la batalla de Issos. Detalle del mosaico de la Casa del Fauno de Pompeya. Fuente: http://commons.wikimedia.org
Alejandro decidió entonces no seguir a Darío, que se batía en retirada, y se propuso conquistar Egipto.
La ocupación de Egipto por Alejandro se produjo entre el otoño de 332 a.C. y la primavera de 331 a.C. Sólo estuvo físicamente en Egipto durante ese tiempo, unos seis meses.
Las principales fuentes historiográficas que tenemos de su estancia en Egipto son los historiadores de la época de Alejandro, de los que se han perdido los textos, pero hay citas en otros autores posteriores: Calístenes de Orintio, Anaxímedes, Políclito y Ptolomeo hijo de Lagos (el que será el futuro fundador de la dinastía ptolemaica o lágida).
También tenemos autores que podríamos llamar de segunda generación: Diododoro (Biblioteca histórica libro XVII), Curcio (Historia de Alejandro Magno, libro IV), Plutarco (Vida de Alejandro), Arriano (Anábasis de Alejandro libro III), Justino (Epítome de las Historias Filípicas de Pompeo Trogo libro XI).
La rendición formal de Egipto se produjo cerca de Heliópolis. Tras una primera estancia en Menfis, Alejandro partió hacia el oasis de Siwa, en el desierto líbico. Esta fue una extraña decisión ya que algunos autores afirman que Alejandro fue a Egipto solo para visitar Siwa.
El trayecto de ida se realizó por la costa desde Alejandría hasta Paraetonium, la actual Marsa Matruh. De allí, se dirigieron hacia el sur, por el desierto, unos 300 quilómetros hasta llegar a Siwa. El oasis de Siwa es una región verde en medio del desierto de más de 100 quilómetros de longitud y unos 20-30 quilómetros de anchura, con un enorme palmeral en cuyo centro existe una colina llamada colina de Aghurmi. En ella se sitúa un templo dedicado al dios Amón o al dios Zeus-Amón.
Aquí debemos mencionar la versión de Plutarco al ser recibido Alejandro por el sacerdote principal del templo. Según su versión, el sacerdote lo saludó en griego como “o paidion”, es decir “mi hijo”. Al llamarlo hijo se lo reconocía como rey. Este saludo en griego, quizá mal pronunciado por un egipcio, pudo ser confundido con “pa theos”, es decir, “hijo de dios”. Puede que esto fuera lo que llevó a Alejandro a creer que era hijo del dios, todo según Plutarco.
Alejandro hizo sus preguntas al oráculo. Según Clitarco fueron dos: si sería soberano del mundo y si Filipo (su padre) había sido vengado. Aunque esto se considera una invención de Clitarco, ya que Arriano, considerado como el historiador oficial, no menciona nada al respecto.
La vuelta a Menfis pudo ser por la costa o por el desierto. Si fue por el desierto, es probable que la siguiente parada fuera el oasis de Bahariya, donde se erigió el único templo dedicado a Alejandro como rey de Egipto.
Oasis de Siwa. Fuente: Google Earth y http://home.hiwaay.net/~jalison/siwa1.jpg
Al llegar a Menfis, Alejandro fue conocedor de que dos oráculos más decían que era hijo de Zeus, que hablaban de su origen divino. De ahí el sobrenombre de hijo de Zeus-Amón con el que aparecerá incluso en las monedas que se acuñaron con su perfil.
En cuanto a su posible coronación oficial como rey en el templo de Ptah es un hecho controvertido, solo mencionado en el libro “Vida y Hazañas de Alejandro de Macedonia” de Pseudo Calístenes, un libro que es un relato de aventuras, mitificado y lleno de errores históricos. En este libro también se dice que Nectanebo II fue padre de Alejandro, que se disfrazó de Amón y poseyó a Olimpia, la madre de Alejandro. Es una fuente bastante verídica para el conocimiento de la ciudad de Alejandría, pero no para el resto.
En Menfis organizó la defensa y la administración del país y partió hacia Asia, dejando en esta ciudad 4000 hombres de guarnición. Bajo su reinado y bajo la gobernanza de Cleómenes de Naucrátis, que se convirtió en el hombre fuerte del país (se encargaba de las finanzas), se descentralizó y se respetó la organización de Egipto.
En cuanto a la fundación de Alejandría hay discrepancias entre los autores de si se fundó antes o después de la visita al oráculo de Siwa. Quizá su fecha de fundación sea el año 331 a.C. Eso sí, fue una de las, al menos, 30 ciudades llamadas Alejandría que fundó durante su conquista territorial.
Durante el reinado de Alejandro como faraón de Egipto se reactivaron y normalizaron cultos a animales sagrados, paralizados durante la Segunda Dominación Persa. En concreto, se reanudó el culto al toro Apis, venerado en Egipto desde la Dinastía I.
Estela dedicada al toro Bukhis de Ptolomeo V, 1821 a.C. Fuente: http://www.osirisnet.net
Existe numerosa documentación administrativa de esta época, como por ejemplo contratos de matrimonios o de compra-venta escritos en demótico. También se acuñaron monedas de bronce, de oro y plata.
 
Moneda de Alejandro Magno, con los dos cuernecillos de carnero (forma animal del dios Amón) que indican que es hijo de Zeus-Amón. Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons
Esta etapa tuvo una gran actividad constructiva, con numerosas ampliaciones y restauraciones.
En el Recinto de Amón en Karnak se restauró la la puerta del IV Pilono y la la antecámara del VI Pilono. En el templo de Khonsu en Karnak se restauró el Pilono de entrada y la capilla de Khonsu.
En el Recinto de Luxor, en la tercera antecámara de la Capilla de la Barca, se sustituyó una serie de cuatro columnas por una nueva edificación.
En el Templo de Thot en Hermópolis Magna hay fragmentos aislados de una variante de los epítetos de Alejandro. En el techo del Templo de Ukh el-Qaramus hay un grafito en demótico que habla del año 4 de reinado de Alejandro.
Y en el Templo de Bahariya, el único monumento erigido para Alejandro en todo Egipto, se encontró un pedestal de un metro de altura, pieza fundamental, que se conserva en el Museo Arqueológico de El Cairo y que contiene la titulatura completa de Alejandro, los cinco títulos como rey de Egipto.
La titulatura faraónica se componía de cinco nombres. En el caso de Alejandro estos son:
Nombre de Horus: Hrw qn (Horus el valiente) o  Hrw TmA-a (Horus el fuerte de brazo)
Nombre de las Dos Señoras: xwi bAqt  (el que protege a Egipto)
Nombre de Horus de Oro: Hrw nbw kA (nxt) Hwi bAq(t) (el toro poderoso que protege a Egipto, el gobernante del mar Gran Verde y del sol que lo rodea)
Nombre de entronización: stp-n-ra mr(y)-Imn (el amado de Ra, elegido de Amón) o mry-ra stp-n-Imn (el amado de Amón, elegido de Ra)
Nombre personal: Alksindrs (Alexandros)
Parte de la titulatura de Alejandro. Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons 
Bibliografía:
Alejandro Magno, faraón de Egipto, seminario impartido por el Dr. Francisco Bosch Puche en la Sección de Jeroglífico de la Academia de Lenguas Bíblicas, Orientales y Clásicas de la Facultad de Teología de Valencia.
Alejandro Magno, faraón de Egipto, lección 8 de curso online “Egiptología” de la Universitat Autònoma de Barcelona, impartido por el Dr. José Lull y por el Dr. Josep Cervelló.
 

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