¿Alguna vez os habéis parado a pensar por qué
escribimos? No me refiero a escribir un libro o un artículo o este post, sino
porqué escribimos cualquier cosa: una nota en la propaganda que acabas de
recoger del buzón, un teléfono en una servilleta de bar... Escribimos unos
símbolos que nos parecen normales y que son totalmente legibles, igual que el
cirílico en el este de Europa o el árabe, el chino, el thai…
Pero… ¿Sabéis quiénes fueron los primeros en
escribir? De su escritura derivan la mayoría de las actuales. Sin llegar a
profundizar demasiado, vamos a hablar del origen de la escritura.
En torno a 3100 a.C. apareció la cultura sumeria en los cursos de los
ríos Tigris y Éufrates. A esta región se la conoce con el nombre griego de
Mesopotamia que significa “tierra entre ríos”. Es allí donde se produjo lo que
se conoce como “revolución urbana”, es decir, aparecieron ciudades estados como
Uruk, regidas primero por una casta sacerdotal y luego por reyes.
En esta transformación urbana, la sociedad sumeria empezó a tener ciertos
problemas, entre los que se encontraban el poder recordar las grandes cifras
que se movían en esta sociedad, especialmente en ámbitos económicos y
administrativos.
Mapa de Mesopotamia. Fuente: http://commons.wikimedia.org
Es cierto que, antes de la escritura, se habían ideado sistemas de
contabilidad que se usaban desde el 5000 a.C. en Oriente Próximo. Eran una
serie de fichas de piedra o barro, de diferentes formas y tamaños, llamadas
tokens. Cada una representaba un objeto o un valor determinado. Se colocaban en
el interior de pequeñas esferas de arcilla (llamadas bullae) que se cerraban y
luego se marcaban con el sello del vendedor para garantizar la transacción. El
sello era un cilindro de piedra con incisiones grabada que se hacía rodar sobre
la superficie de la arcilla aún blanda.
Al estar las fichas en recintos sellados, se hacía difícil comprobar el
contenido en caso de duda o litigio, por lo que se empezó a grabar en el
exterior de las esferas de arcilla las mismas marcas que en los tokens, para
evitar romper las bullae. Los grabados se hacían mediante la presión de los
tokens sobre la arcilla dúctil, en la que quedaba un relieve con los objetos
marcados. Estas inscripciones son la plasmación de una realidad material, cada
símbolo representa un objeto. Son los pictogramas.
Al convertirse esta práctica en habitual, dejaron de colocarse fichas en
las bullae, con lo que estas piezas esféricas pasaron a ser tablillas planas,
más fáciles de transportar y manejar.
Las primeras tablillas se datan hacia el 3200 a.C. y proceden de la
ciudad de Uruk, en el país de Sumer, al sur de Mesopotamia. En ellas solo se
encuentran signos numerales y pictográficos, por lo que aún no se puede hablar
de escritura, ya que lo único que representan esos signos son cosas que podían
ser interpretadas de la misma forma por hablantes de distintas lenguas, pero no
palabras de una lengua determinada.
Tablillas cuneiformes. Fuente: http://commons.wikimedia.org
También hubo un cambio en la forma de escribir. Al principio estos signos
se realizaban linealmente sobre tablillas de arcilla con una caña acaba en
punta, que permitía un trazo un curvo. Pero la maleabilidad de la arcilla
obligó a cambiar el procedimiento: empezaron a trazarse los signos por la
impresión de un cálamo biselado, un estilete de forma triangular que se
presionaba sobre la arcilla flexible, dando la forma característica de la
escritura cuneiforme. Los signos así aparecidos son conocidos como ideogramas.
Sin embargo, seguían siendo una escritura de cosas, no de frases o
conceptos o sonidos.
Con el tiempo, los signos perdieron su parecido con la realidad a la que
representaban, hasta quedar totalmente desdibujados, quedando únicamente el
signo y el sonido que este representaba. Aparece aquí un nuevo tipo de signo,
el fonograma, basado en el aislamiento del sonido, en su valor fonético y no en
su representación pictográfica o ideográfica.
Las primeras tablillas donde se encuentra documentado este incipiente
fonetismo proceden del yacimiento de Yemdet Nasr y se datan hacia el 2900 a.C.
Tablillas de Yemdet Nasr. Fuente: http://www.proel.org
A partir de este momento se puede hablar ya de verdadera escritura, como herramienta
capaz de representar las realidades materiales, también las palabras y los
sonidos de la lengua.
Aún se produjeron más pasos para la completa formación de la escritura.
Uno de ellos deriva de la dificultad de la escritura pictográfica para escribir
los conceptos abstracto, los verbos, los pronombres, etc. Por lo que algunos
símbolos empezaron a usarse con valor fonético silábico. Se creó un corpus
silábico para expresar elementos gramaticales y conceptos abstractos.
Pero todavía no se podían plasmar todos los matices y flexiones de la
lengua, de manera que para marcar definitivamente el paso a la escritura plena
fue indispensable la coexistencia de los sumerios con sus vecinos, los acadios.
Cuando los acadios adoptaron, hacia 2400 a.C. el sistema gráfico sumerio,
tuvieron que adaptarlo a su propia lengua semítica, muy diferente de la
sumeria. El sumerio era una lengua aglutinante y monosilábica, donde cada signo
equivalía a una palabra. La lengua semítica era flexiva y polisilábica. Por
ello desarrollaron unos signos determinantes que indicaban cómo debía leerse
cada símbolo.
El final de este proceso fue la fonetización total de la escritura
semítica, en la que cada signo equivalía a una sílaba de una palabra.
Desde que los sumerios empezaron a mantener registros mediante la
impresión de signos cuneiformes en tablillas de arcilla hace 5000 años, las
personas han buscado herramientas para plasmar las palabras: han cincelado
símbolos en piedra y hueso, han escrito en hojas y corteza de árbol, seda,
papiro, pergamino, papel y pantallas electrónicas.
Esta habilidad, antes conocida por unos pocos escribas, ahora la poseen
un 85% de la población mundial.
Bibliografía:
Masó Ferrer, Felip, “El nacimiento de la escritura”, Historia National
Geographic nº19.
Swerdlow, Joel L., “El poder de la escritura”, National Geographic vol.5,
nº2, agosto 1999
Y algo de la Wikipedia:
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