Por Carmen Lacasa Esteban.
(Primera publicación: 10 de noviembre de 2013. Revisado: 9 de enero de 2021).
Situada a un kilómetro de
la villa de Altura, en Castellón, la Cartuja de Vall de Christ aparece como lo
que es: un monumento histórico, declarado Bien de Interés Cultural
(abreviadamente, BIC) en la categoría de monumento, tanto el propio edificio
como el entorno que lo rodea. Un monumento del que apenas se reconocen algunas
estructuras, reconstruidas y conservadas según van llegando las subvenciones
administrativas.
Para visitarla, es
necesario concertar una visita previa. En los meses de verano (julio, agosto) se
organizan en sus dependencias algunas actividades culturales (conciertos, teatros
infantiles, conferencias, visitas guiadas, etc.) y se puede aprovechar para hacer
un recorrido por todo el ámbito del monumento, eminentemente descuidado y a la
espera de una mayor atención.
En agosto de 2020 se presentó el Plan Director de la Cartuja de Vall de Crist, que incluye todas las actuaciones necesarias para poner en valor este monumento.
Si sigues leyendo esto, al final verás un vídeo a vista de drone que me han permitido compartir.
Pero, ¿qué es una
Cartuja?
Una cartuja es un tipo de
monasterio que nació en el Medioevo europeo, a partir de la fundación en el año
1004 de la Orden Cartuja por San Bruno, orden que se desarrolló con más fuerza
en los siglos XIV y XV. La cartuja como institución aúna la vida ermitaña con la
cenobítica en un mismo ámbito, lo que implica la construcción de diferentes
espacios para la realización de todas estas actividades.
Para entender la
estructura arquitectónica de la Cartuja de Vall de Christ, es necesario conocer
un poco la mentalidad que rodea a la orden cartuja y a los cartujos.
En primer lugar, hay que
señalar que el fin de un cartujo es la contemplación: la vida monástica pura y
continua; la búsqueda de Dios en la soledad. Existen dos clases de monjes
cartujos: los padres cartujos y los hermanos cartujos. Los padres cartujos
reciben la orden sacerdotal y dedican catorce horas a la oración y el estudio,
seis de ellas en la iglesia y ocho en la celda; por lo tanto, su ámbito vital
se reduce a su celda y al entorno de la cartuja, sin conocer nada más. Los
hermanos cartujos no se ordenan; dedican siete horas diarias a los trabajos u
oficios manuales; están dispensados de hacer algunos oficios religiosos, aunque
deben hacer un retiro en su celda anualmente. Los hermanos cartujos son los que
están en contacto con el mundo exterior, ya que son los encargados de las
actividades “mundanas” de la cartuja. A la contemplación se llega por medio del
silencio, por lo que la palabra se utiliza solamente en el canto o en lo
estrictamente necesario para llevar a cabo las tareas cotidianas. Los domingos
tienen un “recreo” en el que pueden hablar durante una hora u hora y media; y
los lunes, un paseo de tres horas fuera del monasterio durante el que también
pueden hablar.
Martín I de Aragón, conocido como Martín el Humano
Hablar de la fundación de
la Cartuja de Vall de Christ requiere, también, hablar del rey Martín I de
Aragón.
Don Martín era el segundo
hijo de Pedro IV de Aragón y Leonor de Sicilia. Nació en el año 1356 en Girona
o Perpiñán. En su niñez se relacionó con Bernardo Cafabrega, un joven noble al
servicio del rey y que se ordenó cartujo cuando Martín I tenía catorce años de
edad. Este hecho fue fundamental en la fundación de la Cartuja de Vall de
Christ, ya que Bernardo Cafabrega fue, durante toda su vida, el hombre de confianza
de Martín I.
Tras el matrimonio con María
de Luna en junio de 1372 en Barcelona, Martín I pasó a ser Conde de Luna y
Señor de Segorbe, gracias a la dote que le aportó su esposa. Pedro IV lo nombró
también Conde de Jérica. En 1380, con veinticuatro años, fue nombrado por su
padre Vicario General del Reino de Sicilia, residiendo en los diferentes
palacios que poseía en Montblanc (Tarragona), Valencia, Jérica y Segorbe (ambas
localidades en Castellón).
Según parece ser, a
principios de 1383, Martín I tuvo un sueño apocalíptico que lo decidió,
definitivamente, a fundar una cartuja, idea que llevaba en mente desde hacía
tiempo, influenciado por Bernardo Cafabrega, y que había retrasado por motivos
económicos.
Al ser el segundo hijo,
no destinado a gobernar, consiguió que su padre figurara como fundador y que la
categoría de la fundación fuera “real”, constando oficialmente la fecha de
fundación de la Cartuja de Vall de Christ el 7 de enero de 1386. A la muerte de
Pedro IV, el 5 de enero de 1387, el rey Juan de Aragón confirmó todas las
donaciones realizadas e incluyó otras nuevas, que se encuentran recogidas en un
códice firmado por Jaume I.
Martín I se convirtió en
heredero al trono el 13 de mayo de 1395 al morir su hermano, mientras se encontraba
pacificando la isla de Sicilia y tomó posesión de la Corona y Reinos de Aragón el
13 de abril de 1397.
A partir de este momento,
el rey Martín I culmina su gran obra espiritual y, por ende, arquitectónica: la
Cartuja de Vall de Christ.
La Cartuja se transformó,
por el favor real, en un importante núcleo de poder económico, cultural,
religioso y político cuya relevancia quedó patente en siglos sucesivos hasta su
exclaustración definitiva en julio de 1835, fecha en la que se produjo la orden
de expulsión del recinto basándose en el Decreto de Suspensión de Órdenes Religiosas
y Monacales, conocido comúnmente como la Desamortización de Mendizábal. El 9 de
noviembre de 1844 se subastaron y fraccionaron en manos privadas los bienes de
la Cartuja de Vall de Christ.
La arquitectura de la Cartuja
de Vall de Christ
La Cartuja de Vall de
Christ fue la quinta fundación de la orden de los cartujos en la península y la
segunda valenciana, tras la más conocida Cartuja de Porta Coeli (1272). En su
construcción se pueden diferenciar cinco fases principalmente:
-
Fase 1: Edificios
anteriores a la fundación (año 1395)
-
Fase 2: Edificios que se
construyeron en época fundacional (1395-1400)
-
Fase 3: Edificios que se
construyeron tras la coronación de Martín I (1400-1450)
-
Fase 4: Edificios
construidos o transformados en el siglo XVII
-
Fase 5: Edificios
posteriores al siglo XVII
De los edificios de la Fase
1 sabemos que el rey Martín I (siendo infante) compró tres pequeñas masías en
el Valle de la Cánava. Sabemos que una de las masías tenía bodega y almazara
(producción de aceite) y que una de ella sirvió durante toda la existencia de
la cartuja para los usos de conrería (también llamado Procura, edificio que
albergaba los servicios administrativos del convento) y horno. Estas masías
fueron reparadas para el acomodo de los seis primeros monjes mientras se
edificaban los primeros edificios de la Cartuja.
De estos edificios apenas
queda un resto de muro de unos 90 cm de altura que se puede ver delante de la
iglesia de San Martín.
En la Fase 2 se
construyeron algunos de los elementos más importantes:
Claustro primitivo: constaba de seis celdas con sus huertos, tal y
como manda la orden Cartujana, para uso de los monjes. Junto a este claustro el
rey Martín I hizo construir una celda para él y otra para su esposa, comunicadas
con la iglesia de San Martín por un pasadizo. En el centro de este claustro
existía un cementerio.
Se localizaba a la
derecha de la iglesia de San Martín, pero no queda rastro alguno que confirme
su emplazamiento.
Iglesia de San Martín y
subterráneo de la misma:
Iglesia construida según las características del gótico valenciano, un estilo
sobrio, sin contrafuertes y con muros de gran grosor. Las arcadas que soportaban
las bóvedas son apuntadas, con cuatro óculos para iluminación. Tanto la puerta
de acceso como las demás se realizaron con arcos de medio punto. En la fachada,
sobre la puerta de acceso, hay un óculo de mayor tamaño. Debajo de esta iglesia
se construyó un subterráneo que recibía luz a través de cuatro tragaluces; las
arcadas principales que soportan la bóveda son torales y las de crucería
apuntadas, aunque los arcos son más rebajados que en la iglesia. Se utilizó
como bodega, aunque puede que inicialmente su uso fuera más noble.
Se conserva el edificio y
el subterráneo en la actualidad, ya que la cubierta fue reconstruida para
evitar más daños.
Iglesia de San Martín. Fuente: Carmen Lacasa
Subterráneo de la Iglesia de San Martín. Fuente: Carmen Lacasa
En la Fase 3, con
Martín I rey de la Corona de Aragón, se edificaron los elementos más
importantes de la Cartuja:
Claustro Mayor: Se trataba de uno de los claustros más grandes
de la época. Este claustro tenía una doble arcada en todo su perímetro; una
arcada interior, mejor trabajada y más primitiva de 160 arcos; y una arcada exterior
de 80 arcos de doble anchura que las interiores. El paso porticado que
soportaban estaba solucionado por una bóveda de crucería apoyada sobre arcos
apuntados. El suelo era de losas blancas y azules. En el centro había una cruz
gótica con gradas. Alrededor del claustro estaban las 24 celdas para los
cartujos, todas ellas con su huerto particular. Cada celda constaba de dos
plantas: en la primera estaba la sala de comedor y cocina; en la segunda, el dormitorio y el
lugar de estudio y meditación del cartujo.
De este claustro, tan
solo queda el trazado en planta, que se intuye; alguna base de las columnas que
soportaban las arcadas; y restos de las celdas, donde se pueden apreciar las
dos plantas y algo del trazado inicial.
Claustro Mayor. Fuente: Carmen Lacasa
Iglesia Mayor o de Santa
María de los Ángeles: Situada a la izquierda
de la iglesia de San Martín, su construcción original era de estilo gótico.
Arcadas de crucería para sostener la bóveda; ventanas ojivales con vidrieras entre
los vanos de cada una de las arcadas; pequeño pórtico de entrada de tres arcos;
óculo con vidrieras en sobre la puerta de entrada, en la fachada principal.
De esta iglesia se
conservan en pie los muros perimetrales, muy deteriorados, algunos arranques de
los arcos y las escaleras que llevaban al altar. Se realizó en el año 2013 una obra de consolidación de estos muros consistente en el refuerzo superior de
los mismos con hormigón coloreado para evitar el desmoronamiento. Más tarde, se realizaron las obras de cubrición de esta iglesia, al igual que se hizo ya con la iglesia
de San Martín. Siguen proyectos en marcha, entre otros la colocación del solado, que estarán comprendidos dentro del Plan Director de La Cartuja de Vall de Crist.
Iglesia Mayor (antes de la cubrición). Fuente: Carmen Lacasa
Destacó el Retablo de Nuestra Señora de los Ángeles y de la
Eucaristía, pintado por Joan Reixach (hacia 1454). Se trata de un retablo
de 538x362 cm y 45x350 cm de predela, realizado con pintura al temple sobre
madera. La tabla central presenta una Santa Cena flanqueada por San Miguel
Arcángel a izquierda y San Juan Bautista a derecha. En el cuerpo superior del
retablo aparece Nuestra Señora de los Ángeles, entronizada con el niño en
brazos y tomando una manzana que le ofrece Santa Úrsula. Este retablo presidió
la Iglesia Mayor de la Cartuja de Vall de Christ hasta el Siglo XVII. El
retablo se conserva prácticamente completo en el Museo Catedralicio de Segorbe
(Castellón). La predela estaba formada por nueve escenas de la Pasión de
Cristo, de las cuales se conservan ocho en el Museo de Bellas Artes de Valencia
y una en la colección Johnson del Philadelphia Museum of Art.
Capítulo: Se trataba del edificio donde se celebraban los
capítulos generales de la orden y situado al fondo del Claustro de la Cisterna
o de San Jerónimo.
Refectorio: El comedor se encontraba aislado y tenía un
púlpito par las lecturas que se hacían durante las comidas. Comidas de los
hermanos cartujos, ya que los padres cartujos comían en sus celdas. Se puede
intuir, por los restos que quedan, la planta de distribución de este espacio,
incluso el arranque de la escalera del púlpito.
Capillas y otros
edificios: Se edificaron otros
edificios como capillas en torno al claustro de San Jerónimo (dedicadas a
diferentes santos); un paso porticado que unía la iglesia Mayor con el claustro
Mayor; o un paso porticado entre el claustro Mayor y la celda Prioral.
Durante el siglo XVII, en
lo que he denominado Fase 4, los edificios sufrieron una serie de
transformaciones, siendo la principal la conversión de la iglesia Mayor al
estilo barroco. Se realizaron molduras, cornisas y ornamentos acorde al
gusto de la época, de los que pueden apreciarse algunos restos en los muros;
incluso una pequeña pintura en tonos rojizos en la parte superior, por el
interior, de la fachada principal. Se sustituyeron las bóvedas de crucería por
bóvedas de cañón, modificando los huecos originales de las ventanas. También se
construyó un cimborrio.
Remodelación barroca de la Iglesia Mayor (antes de la cubrición). Fuente: Carmen Lacasa
Para la nueva iglesia se
hizo un nuevo retablo, el Retablo Mayor de la Iglesia Mayor de la Cartuja,
realizado hacia 1636 por el maestro aragonés Miguel Orliens. Se encuentra
bastante bien conservado en la Iglesia de San Miguel en Altura (Castellón). Conforman
este retablo dos de sus tres cuerpos, estructurado a base de columnas
entorchadas y entablamentos clasicistas. Falta completamente el tercer cuerpo
con el grupo del Calvario y las imágenes de los Santos Vicente Mártir y Ferrer
y las del Angel Custodio, San Miguel y Dios Padre del remate, así como las
pinturas de los tres Misterios Gozosos.
Fue en este momento
cuando se construyó el Claustro de la Cisterna, situado entre la iglesia
Mayor y el refectorio, en el centro del cual se ubica un pozo. El pozo
que puede verse en el recinto de la Cartuja es una copia. El original se
encuentra se encuentra en la villa de Altura, en un pequeño parque junto a lo
que era la antigua muralla de la villa. El solado, realizado con piedras de la
zona formando un mosaico, es original.
Claustro de San Jerónimo o de la Cisterna. Fuente: Carmen Lacasa
En 1644 se construyó la muralla
del convento, que aún se conserva, a base de mampostería tomada con mortero de
cal y rematada por un vierteaguas formado por ladrillo macizo cerámico y teja
árabe. También se edificaron la enfermería, la botica y la celda prioral.
Es un edificio de la Fase
5 el único que se conserva en pie. Se trata de un edificio a la entrada
del convento, construido a finales del siglo XVII y principios del XVIII.
Fue un edificio multiusos: herrería, carpintería, almacén de carbón y de la
cosecha de la seda, conservación de frutos y administración. También se usó
como hospedería o albergue. Contenía una capilla.
Fuera de la Cartuja de
Vall de Christ, existe un elemento del que apenas queda un pequeño resto: se
trata del puente que cruzaba la rambla y que unía la Cartuja con el camino
por el que recibían alimentos o enseres que no producían ellos mismos. Se puede
apreciar que queda uno de los arcos y el inicio del siguiente.
Puente de la Cartuja. Fuente: Carmen Lacasa
Algo curioso que no he
mencionado, es que los cartujos no comían carne; solo pescado. Y al parecer tenían,
dentro de las dependencias, un gran “acuario” del que se proveían.
Piscina para producción de peces. Fuente: Carmen Lacasa
En el mundo de las artes,
Vall de Christ acogió lo más selecto en la producción plástica del momento e
impulsó obras arquitectónicas tan singulares como su Iglesia Mayor y su
claustro gótico, cuyas dimensiones y armonía lo convertían en obra única.
En el ámbito político,
social y religioso la influencia de Vall de Christ se plasmó en su destacado
papel para la resolución del Compromiso de Caspe y el cisma de Occidente,
cuando se estableció aquí el Capítulo General de la Orden y, posteriormente, la
Casa Capitular y Sede del Definitorio de la independiente Congregación Nacional
de Cartujas de España.
Video a vista de drone
Os comparto un vídeo realizado por un amigo y publicado en su canal de YouTube, donde podéis seguirlo: Fran VOK
Este es el enlace al vídeo de la Cartuja:
Bibliografía:
Portal de patrimonio
cultural de la Generalitat Valenciana:
Resumen histórico-constructivo
de los edificios que constituían el conjunto monástico de la Cartuja de Vall de
Christ, Ayuntamiento de Altura.
Cartuja de Vall de
Christ, trípticos, Ayuntamiento de Altura.
Más información sobre el
tema:
Sobre la Cartuja de Vall
de Christ y dónde se encuentran ahora cada una de las partes en las que fue
dividida: